Con un extraordinario concierto de órgano en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles de Mallén, dio inicio el ciclo de música de verano, organizado por la comarca de Campo de Borja, en colaboración con la asociación de Amigos del Órgano Histórico de Ainzón.
Numerosas personas se habían congregado
en el templo, entre las que se encontraban el Alcalde de Mallén D. Rubén Marco
Armingol y el Concejal de Cultura D. Ignacio Ordóñez Marco. También estaba el
párroco D. Lorenzo Sánchez García, acompañado por el antiguo párroco de Borja
(entre otros lugares) D. Martín Crespo Pascual.
Presentó el acto D. Carmelo Pueyo Benedicto quien destacó la
importancia de esta iniciativa de la comarca y la colaboración de todos los que
la han hecho posible. Subrayó el interés de ese conjunto patrimonial,
constituido por los cinco órganos históricos existentes en nuestra zona: Ainzón,
Borja, Fuendejalón, Magallón y Mallén, cuya recuperación constituye un objetivo
que puede alcanzarse en un período de tiempo relativamente corto.
Seguidamente, presentó al protagonista
de la tarde, el organista D. Javier Artigas, catedrático de Órgano y Clave del
Conservatorio Superior de Música de Murcia que, en estos momentos, es también
co-director de los cursos de Música Antigua de Daroca.
Con él dialogó sobre el significado de
las obras seleccionadas para el concierto, representativas de un período histórico
que, en el lema del mismo, era definido como “el crepúsculo de un imperio”,
cuando el poderío español en el mundo comenzaba a palidecer y poco antes de
que, tras la Guerra de Sucesión, nuestra presencia en Europa quedara dramáticamente
reducida.
D. Javier Artigas se refirió, a
continuación, a las obras que iba a interpretar y a la trayectoria de quienes
las habían compuesto: Antonio de Cabezón, Antonio Carreira, Antonio Valente,
Sebastián Aguilera de Heredia, Francisco Correa de Arauxo, Jusepe Jiménez,
Pablo Bruna, Juan Cabanilles y fray Antonio Martín y Coll.
La interpretación de cada una de las
obras resultó ser un espectáculo memorable, dada la calidad de un organista que
las ejecutó con una perfección difícil de superar, sacando del instrumento unos
registros que sorprendieron a todos los que, en la tarde del sábado, pudieron
disfrutar de este brillante arranque del ciclo.
Una calurosa ovación del público,
puesto en pie, rubricó tan magnífica interpretación, en un templo que, tras las
recientes intervenciones, impresionó a quienes no lo conocían. Hemos de destacar
la excelente iluminación de su retablo mayor, junto al que “emergen” los
recuperados restos del antiguo ábside de la primitiva iglesia románica.
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