Cuando visitamos Maleján para conocer el avance de las obras de restauración de su palacio, comentamos con quienes nos acompañaban la importancia del pasado islámico de la localidad y los enigmas que todavía encierra.
En sus calles aún podemos encontrar
testimonios evidentes de un urbanismo propio de lo que, durante siglos, fue una
población habitada exclusivamente por musulmanes y su visión nos recuerda
espacios similares del norte de África.
Pero, la localidad surgió en torno a la
finca de recreo que mandó construir el monarca de la taifa zaragozana. Debió
ser un palacio de extraordinaria importancia, a juzgar por la calidad de los
restos que conocemos de aquel arco de acceso al oratorio, lamentablemente
destruido.
De sus fortificaciones quedan
testimonios evidentes, como los del torreón existente junto a la plaza de la
iglesia y a la fachada principal de su palacio.
Pero, muros con sillares aparecen en otros lugares, como lo demuestran estas imágenes que nos ha remitido un amable colaborador de esa localidad, lo que nos induce a pensar que seguimos sin conocer las características que tuvo en el pasado, a pesar de algunas descripciones conservadas y en el estudio llevado a cabo hace algunos años.
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