Hoy, Zaragoza celebra la “cincomarzada”, una de sus fiestas locales en la que se conmemoran los hechos acaecidos el 5 de marzo de 1838 cuando, en el transcurso de la I Guerra Carlista, tropas leales al pretendiente Carlos María Isidro de Borbón, al mando de Juan Cabañero y Esponera, intentaron sorprender a la capital aragonesa, aprovechándose de las escasas fuerzas que la guarnecían.
Pero, los 2.800 soldados carlistas y
los 300 jinetes que les acompañaban toparon con la feroz resistencia de los
habitantes de la ciudad que, con los escasos medios disponibles, lograron
rechazar el ataque, tras violentos enfrentamientos en las calles.
Fue Guillermo Carranza quien “descubrió”
la carta que la ciudad de Borja dirigió a la de Zaragoza el 22 de marzo, felicitándole
por tan notable triunfo alcanzado por los habitantes de la capital, la cual fue
publicada en el Boletín Oficial de la Provincia, tres días después. Con
pequeñas correcciones de estilo el texto dice así:
“Compañeros: El triunfo que acabáis de
conseguir nos ha llenado de gozo y entusiasmo. Los viles partidarios del
absolutismo soñaron un momento esclavizar la Ciudad de los héroes ¡Insensatos!
y osaron pisar las calles santas de la inmortal Zaragoza, de ese pueblo que
resistió por tanto tiempo los ejércitos más aguerridos de Europa; que hizo
zozobrar la corona del hombre cuyo poder contaba a los reyes entre sus
esclavos. Y la indisciplinada horda del Príncipe rebelde imaginó siquiera
apoderarse de esa capital, cuyo nombre invocan cuantos pueblos deciden
sacrificarse por la libertad, y que turba los sueños de los tiranos de Europa.
Con mentida falsía y persuadidos de que jamás os vencerían con las fuerzas de
lar armas, os prometían cuartel, os convidaban con la paz, paz de los tiranos,
la paz de los sepulcros. La muerte antes mil veces fue vuestra contestación.
Ignoraban acaso que los brazos zaragozanos son demasiado débiles para soportar
las cadenas de los esclavos y sumamente fuertes para manejar las armas de los
libres. Bien cara han pagado su osadía. A vosotros solo, y a vuestro indomable
valor estaba reservado después de haber sufrido una completa sorpresa batir y
derrotar a su enemigo. Este acontecimiento heroico tiene asombradas a la España
y a la Europa. Os felicitamos de corazón y solo sentimos no habernos hallado a
vuestro lado en los peligros, para tener parte en vuestras glorias”.
Era alcalde de
nuestra ciudad, en aquellos momentos, D. Bernardo Cardona cuya figura es
recordada en el callejero borjano en la vía que, desde la plaza de Santa María
conduce a la del Barrio (plaza de Ntra. Sra. del Carmen), de triste actualidad
en nuestros días.
Fue el primer
alcalde constitucional de Borja, tras la proclamación de la de Constitución de 1812,
y siempre se caracterizó por sus ideas profundamente liberales. Fue el
organizador de la famosa visita del general Riego, que sería interesante
recordar, y mandó las fuerzas alistadas aquí para luchar contra los carlistas,
en la vecina Navarra y en la zona del Moncayo, donde sufrieron varias bajas.
Debido a la cambiante situación política de la época, Cardona tan pronto era
considerado un héroe como un delincuente y, por este motivo, tuvo que exiliarse,
regresando tras el indulto de 1824, siendo elegido de nuevo alcalde el 12 de
marzo de 1838, etapa a la que corresponde la vibrante carta que hemos reproducido con la que, probablemente, no estarían de acuerdo muchos borjanos, dada la fuerte implantación del carlismo en nuestra ciudad.
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