El viaje realizado a Madrid por el Presidente del Centro tenía como objetivo fundamental asistir a la presentación de la obra La España que pudo ser. Los proyectos de fortificación de José Herrera García y Nicolás Valdés Fernández, del Dr. D. Antonio Gil Albarracín, en el Cuartel General de la Armada. Pero, a pesar de que su duración no ha superado las veinticuatro horas, ha dado tiempo a otras muchas cosas de las que informaremos en posteriores artículos.
Siempre es agradable e incluso emocionante
retornar al lugar en el que se ha desarrollado buena parte de la actividad
profesional y asistir a un acto en el mismo marco en el que, en ocasiones
anteriores, se ha tenido la oportunidad de hablar, con ocasión de jornadas y
conferencias.
En esta ocasión presidía el Capitán de
Navío D. José Ramón Vallespín, Director del Departamento de Estudios e
Investigación del Instituto de Historia y Cultura Naval, quien en su intervención
manifestó su satisfacción por haber conocido a un investigador de la talla del Dr.
Gil Albarracín, habiéndose sentido realmente fascinado por la obra que se
presentaba y por otras anteriores.
El Prof. D. Enrique Martínez Ruiz, a quien
fotografiamos en los momentos previos al inicio del acto, glosó de manera
magistral la trayectoria del Dr. Gil Albarracín y los trabajos realizados en
las diferentes áreas en las que ha proyectado su vocación investigadora, para
lograr que muchas de esas obras, que aquí hemos glosado, se hayan convertido en
referencias de enorme valor para otros investigadores.
Seguidamente, nuestro compañero Antonio
Gil Albarracín sintetizó el contenido de esta obra en la que da a conocer un
fascinante proyecto de fortificación de las costas españolas, que pudo cambiar
la historia de nuestro país, pero que no se llegó a realizar.
A pesar de ello, la labor del ingeniero
militar D. José Herrera García ha quedado “inmortalizada” en ese impresionante
conjunto de planos y esquemas de los sistemas defensivos que él creó para
distintas localidades de la costa peninsular, muchos de los cuales pudimos
contemplarlos, a través de las imágenes que nos ofreció en la conferencia,
causando verdadera admiración entre los asistentes.
Al terminar su exposición, que fue
retransmitida en directo por el canal de la Armada, se entabló un animado
coloquio en el que se plantearon temas tan interesantes como las razones por las
que el proyecto no se puso en marcha, o sobre la siempre debatida cuestión acerca
de las ventajas e inconvenientes de una defensa estática, representada por las
fortificaciones terrestres y una defensa dinámica encarnada por los buques de
la Armada.
Lo que es indudable es que la obra del
Dr. Gil Albarracín ofrece datos muy poco conocidos, junto con un repertorio de
bellísimas imágenes, por lo que la recomendamos encarecidamente.
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