Fue el 27 de enero de 2020 cuando, en este blog, dimos noticia de la erección de un nuevo monasterio de vida contemplativa en nuestra comarca. El acto había tenido lugar el día 15 de ese mismo mes, bajo la presidencia del Sr. Obispo D. Eusebio Hernández Sola OAR que aparece en la imagen con las cinco religiosas, la Madre General de la Congregación y el párroco de Illueca D. César Augusto Gómez García.
Otros sacerdotes también estuvieron
presentes en la creación de este pequeño monasterio, perteneciente a la
Congregación Apostólica de Marta y María cuyo carisma comparte la acción
apostólica con la de oración y contemplación de los Misterios Divinos, propios
de las comunidades de clausura pontificia, dándose la circunstancia que se
trataba del primer monasterio de la congregación erigido en el mundo.
Para acompañar a las cinco primeras religiosas llegadas a
Bisimbre, llegaron un buen número de religiosas de la congregación, procedentes
de diversos puntos de España que se fotografiaron, con la Madre General, Madre
Ángela Eugenia Silva Sánchez, ante la Casa Consistorial, donde fueron recibidas
por el Sr. Alcalde D. Pedro Antonio Royo Gabas.
La Congregación fue fundada, en 1979, en
la diócesis de Jalapa (Guatemala), siendo obispo Monseñor Miguel Ángel García
Aráuz (fallecido en 2004). Desde
entonces experimentó un rápido crecimiento, contando ya con más de 700
religiosas que están presentes en Guatemala, España, Venezuela, Honduras,
Argentina, Estados Unidos, Italia, Etiopía, Cuba y Lituania. Desde 2019, por
Decreto de Aprobación Pontificia, firmado por el Papa Francisco, la
Congregación Apostólica Marta y María pasó a ser de derecho pontificio, en
lugar de derecho diocesano, como lo era hasta entonces, constituyendo un paso
muy importante para su expansión que se asienta en bases muy sólidas, dado que
cuenta con un elevado número de vocaciones.
El pasado sábado, al llegar a Bisimbre,
para asistir a la conferencia de D. José Luis Garde, pudimos visitar el
oratorio del monasterio que se encontraba abierto, facilitando la oración de
quienes se acercan hasta allí, lo que constituye un hecho casi insólito, dado
que la inmensa mayoría de nuestros templos, permanecen cerrados, salvo en los
momentos de las celebraciones eucarísticas. El que sean algunos templos
conventuales, como el de Santa Clara de Borja (con exposición del Santísimo),
los que permanecen abiertos durante un mayor número de horas es algo digno de
ser agradecido y debería constituir una invitación para que, como antaño, se
prodigaran las visitas al Santísimo, por parte de los creyentes.
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