miércoles, 1 de mayo de 2024

Hace 25 años fue inaugurada la Casa de Aguilar

 

         Al revisar las efemérides de cada día, nos hemos percatado que nos había pasado desapercibida una muy importante: la inauguración hace 25 años de la Casa de Aguilar. Acaeció el 1 de abril de 1999 y supuso la culminación de un proceso que dio comienzo cuando el edificio fue adquirido por la Excma. Diputación Provincial de Zaragoza, siendo Presidente de esa corporación D. Pascual Marco Sebastián. Su rehabilitación fue llevada a cabo por el Arquitecto Provincial D. Carlos Bressel Echevarría, siendo Presidente de la Diputación D. José Ignacio Senao Gómez.


         El palacio, edificado en el siglo XVI por la familia Aguilar fue donado por su última propietaria Dª María de Aguilar y Alaviano, junto con todos sus bienes al Hospital Sancti Spiritus. Enajenado más tarde fue reutilizado como vivienda, hasta su adquisición por la corporación provincial, con el fin específico de servir de sede a nuestro Centro que, expresamente, se hizo constar en la escritura de compra, para garantizar la seguridad de ese destino.

 


         Aquel 1 de mayo de 1999 fue, por lo tanto, una fecha de extraordinaria importancia para nosotros. A las puertas de la Casa esperaban la llegada de las autoridades el entonces Presidente del Centro D. Victorino Gracia Salas; el Vicepresidente D. Javier Banzo Felicísimo, ambos fallecidos, así como algunas de las personas que aparecen en la segunda fotografía. Por el momento, se mantiene con vida el entonces Secretario y actual Presidente D. Manuel Gracia Rivas.

         El primero en hacer acto de presencia fue el Presidente de la Diputación Provincial D. José Ignacio Senao, a quien acompañaban varios Diputados Provinciales, el Director de la Institución “Fernando el Católico”, entonces D. Guillermo Fatás Cabeza, que acudió con D. José Barranco, Secretario Técnico de la misma.

 

         D. José Ignacio Senao procedió a cortar la cinta a la entrada de la Casa, auxiliado por el Presidente del Centro y por el entonces Alcalde de Borja D. Luis María Garriga Ortiz. Tras ellos puede verse a D. Guillermo Fatás, a D. José Barranco y a una de las pocas personas que permanecen en activo desde entonces, el Jefe de Protocolo de la Diputación D. José Luis Angoy García, en el extremo izquierdo.

 


         En el patio inferior se había instalado una exposición fotográfica con las obras premiadas en el concurso que, durante veinticinco años, convocó el Centro, la cual recorrieron detenidamente, al igual que las distintas dependencias de la casa, prestando especial atención al contenido de nuestros archivos.



         Posteriormente, en el salón principal se celebró el acto formal de inauguración, presidido por D. José Ignacio Senao, acompañado por el Alcalde de Borja D. Luis María Garriga, el Director de la Institución D. Guillermo Fatás, el Presidente del Centro y el Secretario del mismo, en el que D. Victorino Gracia expresó su reconocimiento al esfuerzo realizado por la Diputación Provincial para recuperar uno de los más importantes monumentos borjanos y dotar a nuestro Centro de un espacio que venía a superar las carencias anteriores y otro proyecto fallido en el palacio de Angulo.



         Tras firmar el Presidente de la Diputación en el Libro de Honor, se sirvió un aperitivo en las bodegas del edificio, descubiertas de manera casual en los trabajos previos a la restauración y que fueron acondicionadas para servir, como así ha sido, de Sala de Exposiciones. En la imagen aparece una de ellas, aunque eran tres espacios similares, el primero de los cuales hubo que cortar para ubicar la escalera auxiliar que enlaza las cuatro plantas de la casa.



         Al final el Presidente se efectuó la tradicional “foto de familia” del Presidente de la Diputación y el Director de la Institución con los miembros del Consejo Plenario del Centro, algunos de las cuales, junto con otros colaboradores distinguidos aparecen en la segunda de ellas, realizada a continuación.

         Ha transcurrido un cuarto de siglo desde aquella fecha y la Casa de Aguilar ha sido escenario de numerosos actos, pero, ante todo, se ha convertido en depósito de importantes archivos, numerosas colecciones y una biblioteca especializada de suma importancia.

         Es una lástima que tan dilatada trayectoria no haya sido valorada por quienes podrían haber impulsado la ampliación del edificio para que su capacidad de almacenamiento no quedara colapsada, pero, como dice la jota:  “por soñar lo imposible, soñé que tú me querías…”


 


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