Ayer, en la edición digital de Heraldo de Aragón, apareció un reportaje de Laura Arnedo, con el título “El pueblo pequeño de Zaragoza con 200 habitantes, un palacio renacentista y vistas al Moncayo”, que pueden leer en este enlace.
En él se destacaba el interés de una
localidad que tiene seis monumentos declarados “Bien de Interés Cultural”. Uno
de ellos es la ermita de Nuestra Señora de la Huerta y los otros cinco son yacimientos
arqueológicos ubicados en su término. Pero lo que no se menciona es que hay
otros tres declarados “Bien catalogado”.
Uno de ellos es la iglesia parroquial
de Ntra. Sra. del Pilar (patrona de la localidad) y los otros dos el llamado “acueducto”
y el palacio, restaurado en parte, tras el terrible expolio sufrido en el
pasado.
Allí se encuentra un Museo Arqueológico
que no es el único de Fréscano, pues también existe otro, el de la Casa-Museo
de Aguas elevadas, felizmente recuperada por el Ayuntamiento.
Pero quizás, el recurso más interesante
sea el Parque de la I Edad del Hierro de Burrén, con numerosos atractivos, que
se ha convertido en destino preferente para muchos centros escolares, ya que
permite a sus alumnos conocer el pasado arqueológico de la zona y entrar en
contacto con la Naturaleza, su fauna y su vegetación, a través de las sendas
que discurren por un cabezo que culmina en un bonito mirador situado en su
cumbre.
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