El 16 de agosto de 1916 nació en Borja D. Joaquín Irache Macaya. Cursó estudios de Teología, Filosofía, Griego y Latín en el monasterio benedictino de El Pueyo de Barbastro. En aquellos momentos, la comunidad estaba integrada por 11 sacerdotes, 4 profesos solemnes, 4 profesos simples, 6 hermanos conversos, y 6 colegiales.
Al inicio de la Guerra
Civil, fueron detenidos y fusilados 18 religiosos. Joaquín Irache pudo
salvarse, regresando a Borja, donde ejerció como funcionario municipal, hasta
su jubilación por enfermedad.
Dotado de una gran
inquietud intelectual, dedicó su tiempo al estudio de la historia y arqueología
local, dentro del límite de sus posibilidades. En esta imagen aparece en esta
imagen (vistiendo gabardina), junto a D. José María Castellot, durante la
visita efectuada a nuestra ciudad por un grupo de cadetes de la Academia
General Militar, entre los que se encontraba el futuro Rey de España D. Juan
Carlos.
La Filología fue otra de sus pasiones, así como la Literatura, formando parte del Grupo Sylfide. Pero su gran dedicación fue la talla y la escultura a la que consagró muchas horas. Su obra, inspirada en la iconografía románica, estuvo dominada por la temática religiosa aunque, en sus últimos años, exploró con entusiasmo otros campos. Con el deseo de transmitir su experiencia a los más jóvenes impulsó la creación de un grupo de estudios históricos en el Centro Cultural CICAR y fue fundador también del Colectivo de Artistas “Plaza del Mercado”, participando en las primeras Ferias de Artesanía que se celebraron. Falleció en Borja el 5 de octubre de 1998.
El 16 de agosto de 1979
falleció en Madrid D. Jesús Galindo
Castillo, nacido en Agón en 1894. Tras realizar sus primeros estudios en su
localidad natal, cursó el Bachillerato de Borja, en el colegio que entonces
tenía D. Gerardo Mendiri. Después de graduarse como ingeniero, ingresó en el
Cuerpo Técnico de Telecomunicaciones y la mayor parte de su vida estuvo
destinado en la capital de España.
Durante la II República,
su amistad con el ministro D. Manuel Marraco Ramón fue decisiva para que se
instalase el teléfono en Agón, por lo que fue una de las primeras localidades
de la comarca que dispusieron de este servicio.
Años más tarde, cuando se
decidió edificar la nueva Casa Consistorial, donó los terrenos en los que fue
construido. Por todo ello, el Ayuntamiento de Agón tomó el acuerdo de dar su
nombre a la plaza que, hasta entonces, era conocida como “plaza del Castillo”.
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