Nuestros lectores ya conocen que, en el cementerio de Borja, se encuentran enterrados los padres del filósofo D. Juan David García Bacca, dado que todos los años damos noticia de la ofrenda floral, que el 1 de noviembre, realizamos en el nicho donde reposan sus restos.
Se trata de D.
Juan Isidro García Barranco y de Dª. Martina Baca Benavides. El padre, natural
de Belmonte (Cuenca), era maestro y ejerció su profesión en Borja y en otros
lugares. En Pamplona fue donde nació el ilustre filósofo.
En nuestra
ciudad tenían el domicilio familiar en la Casa de las Conchas y allí regresaron
cuando el padre se vio forzado a pedir el retiro por motivos de salud y en
Borja falleció en 1911.
Pero, lo que
posiblemente pocos conocen es que, en nuestro cementerio, está también
enterrada una hermana suya. Concretamente Dª María García Lázaro, fruto del
primer matrimonio de D. Juan Isidro con Dª. Magdalena Lázaro Poza, con la que
tuvo en Borja dos hijas: María y Francisca, pero Dª. Magdalena falleció,
víctima de la tuberculosis, cuando María tenía dos años.
Al quedar
viudo, contrajo nuevo matrimonio con la citada Dª. Martina Baca, que era
natural de Zamora, donde se estableció la familia, pasando después a Pamplona.
De este nuevo enlace nacieron varios hijos, uno de los cuales fue García Bacca.
En ocasiones
hemos hecho referencia a la generosidad de la numerosa prole de D. Juan Isidro,
con la que tuvo que contactar, con gran tesón, D. Juan María de Ojeda y D.
Victorino Gracia para solicitar la cesión de la parte de la Casa de las Conchas
que aún era propiedad de todos ellos (otra parte era propiedad de la Iglesia).
Fue una gestión sumamente complicada, pero se resolvió con éxito gracias a su
generosidad.
Dª. María
García Lázaro, que había nacido en Borja el 13 de septiembre de 1886, contrajo
matrimonio con el también maestro D. José Sanz Chueca, natural de Tarazona,
cuyos restos reposan en un nicho situado sobre el de su esposa, a la que muchos
conocimos, dado que falleció en 1970.
Se había
iniciado en la Pintura en la Escuela de Artes de Pamplona y de su labor
artística fueron fruto algunos de los estandartes de cofradías borjanas y fue
quien decoró los gigantes que reemplazaron a los creados por D. Baltasar
González en 1889. También cultivó el retrato y varias de sus obras fueron
mostradas en las exposiciones que organizó el Centro en el antiguo claustro de
dominicos.
D. José Sanz
Chueca sustituyó al conde de Torreflorida en la dirección del semanario local Aires
del Moncayo, hasta su desaparición en abril de 1919, pero inmediatamente
después fundó Ecos del Moncayo, de cuya dirección tuvo que dimitir en
1922, por desavenencias políticas con aquellos colaboradores de tendencia más
conservadora.
Murió en 1934 y
su viuda le sobrevivió 36 años, en los que se convirtió en una figura destacada
de la sociedad borjana, prestando su apoyo a numerosas iniciativas culturales y
religiosas.
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