El 3 de noviembre de 1836 nació en Santander D. Marcelino Menéndez y Pelayo. Puede resultar llamativo que recordemos aquí al gran intelectual español, pero ello se debe a una circunstancia poco conocida, la de haber salido elegido Diputado a Cortes, en 1891, por la circunscripción de Zaragoza-Borja.
En los procesos
electorales celebrados durante el siglo XIX, la provincia de Zaragoza estaba
dividida en varios distritos electorales: La Almunia, Belchite, Calatayud,
Caspe, Daroca, Ejea, Borja y Zaragoza, en cada uno de los cuales se elegía a un
Diputado, salvo en el de Zaragoza que contaba con dos.
En 1872, se creó el
distrito de Zaragoza, hasta entonces inexistente y por presiones de esa ciudad
en 1876 el de Borja se fusionó con el de Zaragoza, que pasó a denominarse de
Zaragoza-Borja, aumentando a tres el número de sus diputados. Este cambio perjudicó
notablemente a nuestra ciudad, dado que sus representantes fueron diluyéndose
con los de la capital y, poco a poco, desparecieron de la lista de electos,
hasta que en 1918 emergió la figura del republicano borjano D. Mariano Tejero
Manero.
En ese ambiente es cuando
Menéndez y Pelayo, que ya había sido Diputado por Mallorca en 1884, se presentó
como candidato por la circunscripción Zaragoza-Borja, a instancias del Partido
Conservador de Cánovas del Castillo y, aunque no llegó a participar en la
campaña electoral, su gran prestigio fue suficiente para que obtuviera el acta
de diputado en las elecciones de 1891.
Tras su triunfo estuvo en Zaragoza, donde pronunció su único discurso “político” y no volvió a presentarse a nuevas elecciones, aunque fue senador, entre 1893 y 1895, en representación de la Universidad de Oviedo y, entre 1899 y 1912, por la Real Academia Española.
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