sábado, 9 de noviembre de 2024

El Sindicato Agrícola Católico de Borja

 

         Enrique Lacleta nos ha mostrado un folleto, editado por El Noticiero, en 1926, con los Estatutos del Sindicato Agrícola Católico de Borja que no conocíamos. La publicación es muy interesante, tanto por lo que representa, como por la fecha de su edición.

 

         El artículo 1º de estos estatutos expresan que “los dos Sindicatos agrícolas existentes en esta ciudad, se fusionan en uno solo que llevará el nombre de Sindicato Agrícola Católico de Borja, con domicilio en la calle Mayor, número 36.

 

         En 1996, Gloria Sanz Lafuente que, en aquellos momentos, era becaria de investigación del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, publicó en el número XXXV-XXXVI de Cuadernos de Estudios Borjanos, un artículo titulado “Propietarios, labradores y campesinos: las organizaciones católico-agrarias en Borja (1905-1930)”, en el que documentaba el nacimiento del asociacionismo sindical agrario en nuestra ciudad, surgido en el seno de la Iglesia Católica.

         Fue en 1909 cuando surgió el primer sindicato de la Acción Católica de Borja, integrado por medianos contribuyentes y miembros de profesiones liberales. En 1919 fue creado otro, con el nombre de Sindicato Agrícola Católico, integrado por pequeños contribuyentes, vinculados a la parroquia de San Bartolomé.

         La rivalidad entre ambos terminó conduciendo a su fusión, con el nombre del segundo, que tenía un mayor arraigo popular y gozaba del apoyo del obispado.

 

         La fusión se produjo el 11 de julio de 1926, tras una década de continuos ataques entre ambas organizaciones. Entre los firmantes del acuerdo y, por ende, de los nuevos estatutos, aparecía un gran propietario D. José San Gil, pero la mayor parte de los restantes eran de menor poder adquisitivo.

 


         Como anexo a los estatutos se incluyó el reglamento de la Caja Rural de Crédito del nuevo sindicato, cuyo cometido era el facilitar “máquinas agrarias y herramientas” a los socios, así como préstamos en dinero y en especie.

         Estamos, por lo tanto, ante un documento de gran interés para el conocimiento de un movimiento sindical agrario que dio lugar, entre otras cosas a la Cooperativa Agrícola Católica, que aún subsiste, aunque perdió la denominación de “Católica”, renunciando a sus auténticos orígenes.


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