El 17 de noviembre de 1800 fue bautizado en la parroquia de San Miguel D. Gregorio Ladrón de Guevara Fuentes. Era hijo de D. Bernardino Ladrón de Guevara y de Dª. María Manuela Fuentes. Pertenecía a una dinastía de músicos borjanos y el padre ocupaba el puesto de contralto en la colegiata de Santa María. Inició su formación como infante de la capilla de música en 1806 y al año siguiente su padre cayó enfermo, quedando la familia en una apurada situación económica, por lo que su hermano Claudio tuvo que colocarse también en la colegiata para manejar las manchas del órgano.
En 1816 cuando Gregorio
inició el cambio de voz solicito un aumento de sueldo, alegando sus diez años
de servicio y la insuficiencia de los ocho escudos que percibía para hacer
frente a las necesidades de su casa.
Ocupaba entonces el
puesto de “rapiano”, ayudante del Maestro de Capilla D. Nicolás Ledesma que
tenía la obligación de formarle musicalmente, pero Gregorio se quejó de que no
le enseñaba composición, lo que justificó el maestro aduciendo que era un
muchacho muy travieso que le desobedecía en todo lo que le mandaba y “lejos de
ser útil, divierte a los infantillos y no los deja cumplir con su obligación”.
Que las razones del
maestro no eran infundadas lo demuestra el incidente que protagonizó Gregorio
en 1820 cuando agredió a un monaguillo por creerse insultado, lo que provocó su
expulsión, por considerar que ya tenía edad suficiente para controlar su
comportamiento. Fue readmitido pero poco después marchó a Zaragoza donde
completó su formación.
Al quedar vacante la
plaza de Maestro de Capilla en 1838, optó a ella en competencia con otros dos
aspirantes borjanos. Debía gozar ya de gran prestigio pues le fue adjudicada.
La decisión fue muy acertada, ya que la influencia del maestro Ladrón de Guevara
en nuestra ciudad fue enorme y muchos de los músicos posteriores se formaron
bajo su tutela.
Cuando por una orden de
14 de octubre de 1842 fueron suprimidas todas las Capillas de Música de las
colegiatas españolas, continuó desempeñando su cometido hasta 1866. Falleció en
1867, siendo sustituido por D. Manuel Pereda.
Compuso varias obras
entre ellas tres motetes para el Entierro de Cristo, tras la recuperación de
esta ceremonia después de la Guerra de la Independencia. Sus composiciones se
siguen interpretando, como lo demuestra en que en el XXVIII Festival
Internacional de Órgano “Catedral de León”, en el concierto celebrado en la
iglesia parroquial de Santa Marina del Rey, se pudo escuchar el Villancico para la Kalenda de la
colegiata de Borja, interpretado por el Cabanilles Trío: Miguel Cerezo y Raúl
Junquera (trompetas) y Vicente Ros (órgano), al que el melómano Pablo Álvarez
Fernández, de cuyo blog tomamos la noticia, calificaba de operístico por lo
"cantabile", con unos dúos de trompeta de sabor italianizante y
ambiente festivo como todo canto villanesco.
Pero, anteriormente,
también había sido interpretado en la iglesia del Carmen de Beja (Portugal),
con ocasión del concierto de Reyes que tuvo lugar el 9 de enero de 2009, a cargo del Coro del Carmen,
dirigido por el P. António Cartageno, acompañado al órgano por João Cavaco, al
violín por Gonçalo Oliveira y a la flauta por Ana Fadista, teniendo, como
solista, a la soprano Margarida Espírito Santo. En la reseña del concierto se
destacó que era la primera vez que se interpretaba en Portugal la pieza polifónica
aragonesa Villancico para la Kalenda,
de Gregorio Ladrón de Guevara (1838-1866), para 5 voces, violín y órgano,
constituyendo por su belleza el momento culminante del concierto. El P.
Cartageno había estado en Borja durante la inauguración de la exposición de
Arte Sacro que, en 2008, se organizó en tres espacios de nuestra ciudad y aquí
tuvo la oportunidad de conocer los volúmenes que sobre Polifonía Aragonesa ha
editado la Institución “Fernando el Católico” y en concreto el preparado por D.
Emilio Jiménez Aznar, incorporando algunas de esas obras a su repertorio.
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