El 13 de diciembre de 1460 fue capitulada la construcción del retablo mayor de la colegiata de Santa María. Fueron los hermanos Zahortiga los encargados de realizar esa importante obra que hoy se expone en el Museo de la Colegiata, actuando como comitentes el cabildo de la misma y el consejo de la ciudad.
El 13 de diciembre de 1538
falleció en Tudela D. Pedro de Villalón,
que había nacido en Calcena hacia 1472. Cursó los estudios eclesiásticos,
entrando a servir en la Corte Pontificia, siendo una de las personas más
allegadas al Papa Julio II, del que fue camarero, protonotario apostólico y
familiar. El Pontífice le colmó de honores, entre ellos el nombramiento de
canónigo de la catedral de Tarazona y arcediano de Calatayud. Pero la dignidad
más importante fue la Deán de la catedral de Tudela, de la que tomó posesión en
1511, tras vencer la resistencia de los reyes de Navarra que habían propuesto
para ese cargo al hijo del condestable del reino. Julio II le concedió la
facultar de oficiar revestido de pontifical, con mitra, anillo y báculo, algo
que irritó sobremanera a los obispos turiasonenses, pues D. Pedro no había
recibido la consagración episcopal.
Tras la muerte de su
protector, en 1513, partió de Roma y se estableció en Tudela, donde impulsó
numerosas obras, como la construcción del nuevo coro o la reforma de la casa de
los deanes, en cuya fachada colocó sus armas, junto con las de Julio II, como
muestra de su reconocimiento. Ese edificio se convirtió en un centro de
irradiación cultural y del refinamiento más exquisito, imbuido del espíritu
renacentista que había conocido en Italia. En ella recibió al emperador Carlos
V en 1520 y al cardenal Adriano de Utrech, dos años después, cuando se dirigía
a Roma, tras su elección como Papa.
Entre las obras debidas a
su mecenazgo se encuentra la capilla de Nuestra Señora del Pópulo o del
Rosario, en la iglesia parroquial de Calcena, a la que donó también un hermoso
cáliz que había sido del Papa y ricos ornamentos sagrados. En la catedral de Tarazona
mandó construir la capilla de la Visitación y en la de Tudela, la de San Pedro.
Tras 27 años al frente del cabildo catedralicio de Tudela, fue enterrado en el
coro, a pesar de que había manifestado su deseo de recibir sepultura en la
capilla mayor.
El 13 de diciembre de 1564
otorgó testamento en Tarazona el pintor y entallador Alonso González, del que no conocemos con certeza el lugar de su
nacimiento, pero sí que, en 1546, contrajo matrimonio en Borja con Francesa de
Vera, estableciendo su domicilio en nuestra ciudad, donde por otra parte
ejercía como médico su hermano Isidoro. Su obra más importante y conocida fue
la pintura del ábside de la catedral de Tarazona que, últimamente, ha llegado a
ser calificada, como la capilla Sixtina del Renacimiento aragonés.
Destacó también como
entallador en yeso e incluso se atrevió a dirigir obras de arquitectura. En
1555 capituló con el concejo de Borja la construcción de las iglesias de
Albeta, Maleján y Ribas, así como el Humilladero. Las de Ribas y Albeta
terminaron siendo edificadas por Domingo de Mendizábal, tras su renuncia, pero
decidió continuar con las obras de la de Maleján que no pudo concluir antes de
su fallecimiento, por lo que se hizo cargo de ellas el maestro Juan de Segura,
por encargo de Isidoro González, su
hermano. Dejó como herederos a sus hijos Prudencio, María y Petronila, esta
última bautizada en Borja el 21 de febrero de 1650. Los dos mayores, así como
Isidoro y Manuel, fallecidos a temprana edad, nacieron en Tarazona.
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