El 17 de febrero de 1642 tuvo lugar en la iglesia parroquial de Alberite de San Juan el robo sacrílego de un vaso sagrado con varias formas consagradas, perpetrados por tres individuos, un suceso que tuvo una enorme repercusión en toda la zona.
Poco
después, en el transcurso de una discusión, uno de los autores del robo fue
asesinado por sus compañeros. El que se hizo cargo del copón, al tomarlo en sus
manos quedó inmovilizado. Aterrado por lo que le sucedía, prometió entregarlo
al primer sacerdote que encontrara. Inmediatamente después de hacer la promesa
y mostrar arrepentimiento, pudo volver a andar, llegando a Malón (podía haber
elegido algún lugar más cercano), haciendo entrega del sagrado vaso a su
párroco quien, inmediatamente, lo condujo a Tarazona, depositándolo en el colegio
de la Compañía de Jesús en primer lugar y, posteriormente, en la catedral donde
fue objeto de adoración por parte de toda la ciudad.
Se
decidió restituirlo a su lugar de procedencia, cosa que se hizo con gran
solemnidad, recibiendo grandes muestras de respeto por parte de los vecinos de
todas las localidades por las que pasó la comitiva.
De aquel
acontecimiento quedó el testimonio publicado, con posterioridad, por D. Domingo
Pallarés Lázaro, mayordomo de la cofradía del Santísimo Sacramento, fundada en
Alberite. El documento, que lleva fecha de 1642, fue transcrito como anexo en
la obra dedicada a esa localidad, en la colección sobre Patrimonio Artístico
Religioso de nuestra zona.
Además, el
municipio dedica, en el mes de febrero sus fiestas en honor al Santísimo Robado
que, junto a las de San Cosme y San Damián, son las patronales de Alberite de
San Juan.
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