A pesar del poco tiempo de que disponíamos en París, quisimos acercarnos al Centro Pompidou, en el que no habíamos estado desde su inauguración en 1977. Se da la circunstancia de que en otoño de este año va a cerrar sus puertas para someterse a grandes obras de rehabilitación, cuya finalización está prevista para 2030.
Grandes colas
de personas se agolpaban en sus accesos, en la tarde del sábado, que pudimos
evitar al estar provistos de la acreditación del ICOM.
Tras acceder al
interior encontramos el gran vestíbulo donde se ubican desde los puntos de
información hasta las tiendas y otros servicios. A la hora de plantearnos qué
ver, optamos por recorrer las dos plantas destinadas a la exposición permanente
de Arte Contemporáneo.
Por esas escaleras exteriores, características del Centro, accedimos a esas plantas, donde, como en todas las del edificio había una gran cantidad de visitantes.
El recorrido, a
pesar de la masificación, impresiona por la calidad de las obras que allí se exponen,
algunas de las cuales serán llevadas al Grand Palais, durante la rehabilitación
del edificio que incluye, también, la creación de centros satélites en otros
lugares.
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