La primera Banda de Música de Borja

 

         Un modesto recibo conservado en el archivo de la familia Ojeda nos ha traído el recuerdo de la primera Banda de Música que hubo en Borja. Lleva fecha de septiembre de 1894 y lo firma D. Gaspar Otegui, uno de los promotores de la “Sociedad Musical de Borja”, bajo cuyo amparo se creó la banda. El sello del margen es el de la sociedad, aunque el recibo, por importe de 2 reales, va encabezado por “Academia de Música”.

         Fue el 8 de junio de 1893 cuando una serie de miembros de la burguesía local, de dirigieron al Alcalde D. Emilio Ferrández, manifestándole su deseo de crear una banda de música, que tuviera carácter municipal, al menos nominalmente.

         Los promotores fueron D. Mariano Aznar, D. Gaspar Otegui, D. Baltasar González, D. Pascual Burillo, D. Joaquín Alfaro, D. Manuel Sierra. D. Luis Ortego, D. Genaro Manero, D. Cándido Giménez y D. Antonio Fraguas.

         Todos ellos habían creado la citada Sociedad y el Ayuntamiento decidió ayudarles con una subvención de 500 pesetas anuales, con la condición de que la banda acompañara a la corporación en todos los actos públicos, incluida la procesión de Quasimodo, así como a realizar algún concierto, durante los meses de julio y agosto, en el paseo u otro sitio público.

 

         Como director se nombró a D. José Gusi Soler, que estuvo al frente de la misma los dos años por los que fue contratado. En el archivo de la Agrupación Musical Borjana, depositado en nuestro Centro por D. Félix Martínez Lahuerta, se conservan algunas partituras de las obras que compuso o transcribió para la banda.

 

         Pero, en el Archivo Municipal, se guarda también otra partitura. En este caso el de la marcha lenta “Al 24 de junio”, que dedicó al “M. I. Ayuntamiento, Clero y Sociedad Musical de Borja”. Lleva fecha de 20 de junio de 1894 y, en esos momentos, ya era Alcalde D. Gerardo López Larraya.

         Fue estrenada ese año, en la procesión del día de San Juan Bautista, que era fiesta votada de la ciudad, algo completamente olvidado, a pesar de lo que representa un voto público.