Carlos Urzainqui, un hombre especialmente amante de las tradiciones de nuestra zona, estuvo el Viernes Santo en Ambel, para presenciar el Descendimiento y posterior Entierro de Cristo que allí tiene lugar. Nos ha mandado unas fotografías, acompañadas del comentario que incluimos.
El Descendimiento se celebra en la
ermita del Rosario, parroquia sustitutoria hasta que finalicen las obras de
restauración del templo parroquial. La imagen articulada del Cristo que, hace
pocos años, fue encargada para este fin, ya que con anterioridad se utilizaba
la de la capilla de los Monserrat, es descendida con la ayuda de los Santos
Varones José de Nicodemo y José de Arimatea. Se daba la circunstancia de que
uno de ellos, D. Luis Floren, cumplía 50 años ayudando a descender al Cristo
(según nos comenta Carlos Urzainqui) y quiso celebrarlo contando con su nieta
como auxiliar en las tareas.
El acto tuvo
lugar, en presencia de la guardia de alabarderos, dirigido por el párroco D.
Francisco Sánchez que, al final, recitó el precioso soneto a Cristo
Crucificado:
“No me mueve mi Dios para quererte/El
cielo que me tienes prometido/ni me mueve el Infierno tan temido/para dejar por
eso de ofenderte./ Tú me mueves, Señor. Muéveme el verte/clavado en una cruz y
escarnecido,/ muéveme el ver tu cuerpo tan herido,/ muévenme tus afrentas, y tu
muerte./ Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,/ que, aunque no hubiera
Cielo, yo te amara,/ y, aunque no hubiera Infierno, te temiera./ No me tienes
que dar porque te quiera,/ pues, aunque lo que espero no esperara,/ lo mismo
que te quiero te quisiera.”
Una obra cumbre de la lírica
espiritual, que ha sido atribuida a diversos autores, sin que pueda precisarse
quien la escribió realmente, aunque recientemente, algún estudioso ha creído
ver en ella la huella de Lope de Vega.
Tras depositar
el cuerpo yacente de Cristo en el arca, la procesión salió del templo,
acompañada por las cornetas y tambores de la Cofradía de Ntra. Sra. de los
Dolores y de Jesús camino del Calvario de Bulbuente, con sus vistosos hábitos.
Por delante de la procesión desfilaron
los pasos que representan la Oración en el Huerto, la Flagelación, Jesús con la
Cruz a cuestas y la Crucifixión. Corresponden a los Misterios Dolorosos del
Santo Rosario (falta el de la Coronación de Espinas) que, en Borja, desfilan en
la tarde del Jueves Santo.
Tras el arca
marchaba la Madre del Señor, la Virgen de los Dolores, acompañando a su Hijo
muerto. Delante de ella, los Santos Varones con los ungüentos con los que
ungirán el cadáver.
A Carlos le impresionó el “chaval que con hábito negro iba
haciendo sonar el tambor con los pasos acompasados y recordando viejos toques
de oración al fondo, la corneta del grupo de Bulbuente sonaba rasgando la tarde
con un sonido lejano y triste.
Al pasar la procesión por el
Ayuntamiento, contrastaba el sonido de los pasos, con la alegre terraza y es
que no deja de ser un signo de los tiempos o a lo mejor, siempre ha sido así”.
Al llegar a la plaza de San Miguel,
la meteorología acompañó con un cielo rojizo y plomizo que comenzó a descargar
la lluvia cuando el ángel y Longinos procedían a sellar el sepulcro.
Agradecemos a Carlos el envío de
estas y otras fotos, así como la atención que viene dispensando a muchas de
nuestras tradiciones. Esperamos verle en alguna ocasión próxima como la Ronda
del Roscón, la fiesta de San Jorge o el Rosario de Cristal.





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