El Dr. D. Isidro Aguilera nos ha comunicado la publicación en la prestigiosa revista European Archives of Oto Rhino Laryngology and Head & Neck, de un artículo referido a los cráneos encontrados en el interior de la cueva de Moncín.
El artículo,
firmado por investigadores de Zaragoza, Barcelona y Granada, lleva por título “Double
dehiscence (Superior semicircular canal and tegmen tympani) in the
epicampaniform period (Arboli type)” y, en él, se analizan los resultados del
estudio de ocho de esos cráneos.
Entre ellos
destaca el hallazgo, en uno de ellos, de un trastorno del oído interno, de
origen embriológico. Se trata de la dehiscencia del canal semicircular superior
que consiste en la ausencia de la capa ósea que separa el citado canal del espacio
intracraneal, de manera que está abierto a la fosa craneal media o al seno
petroso superior.
Se da la
circunstancia de que este síndrome fue descrito por primera vez en 1998, por L.
B. Minor, siendo el último síndrome otológico descrito en el siglo XX. La
importancia del hallazgo en este cráneo de Borja, radica en que, hasta el
momento, sólo había sido encontrado en una momia egipcia.
Pero, en el caso
de este cráneo de Moncín, correspondiente a un varón de 25 a 30 años, se
encontró también una dehiscencia del tegmen tympani, convirtiéndolo en
el único caso conocido con esta doble patología. El tegmen tympani es la
capa ósea que separara la caja timpánica del endocráneo.
Continuando con la investigación de
este mismo cráneo, se pudo constatar la existencia de un inión hipertrofiado,
muy lateralizado hacia la derecha, lo que, a los autores del estudio les sugiera
la posibilidad de que el individuo padeciera una tortícolis muscular congénita.
El inión es la protuberancia
occipital externa, la proyección más prominente del hueso occipital en la parte
posterior del cráneo humano, señalado en este gráfico.
Como consecuencia de todo ello, lo
que les ha llamado la atención es que, a pesar de las malformaciones que
presentaba y sus posibles síntomas, alcanzó la edad adulta., por lo que cabe
suponer que recibió muy buenos cuidados, lo que lleva a pensar que pudo haber
sido alguien de gran relevancia social. Aunque en el estudio no se confirma esta
hipótesis, a la vista de los estudios realizados por el Dr. Aguilera, respecto
a los cráneos conservados en el interior de las cuevas, cabe pensar que esa
suposición es correcta.




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