El castillo de Borja según Bordejé

 

         En un artículo anterior, Jorge Andía comentó los dibujos y apuntes que realizo D. federico Bordeje sobre nuestra ciudad, dando a conocer las imágenes realizadas para acompañar sus textos sobre la historia de Borja en los que se mostraba su visión de la evolución urbana de nuestra ciudad desde sus orígenes más remotos hasta finales del medioevo.

Hoy analiza la última de esas ilustraciones, en concreto la correspondiente a los restos del castillo que se conservaban en los años 20 y 30 del siglo pasado, es decir hace cien años.  En ella podemos observar la representación de diversas edificaciones como la Torre del Pedernal o las murallas del Cinto, cuyos restos tratará más adelante. Hoy quiere dedicar este articulo exclusivamente a la imagen del castillo.

 

         Lo que más destaca de esa ilustración es una planta del castillo en la que se señalan los restos conservados, así como la posible interpretación de los mismos. En ella se ve representada una rampa de acceso por el lugar habitual por el que se asciende a la parte superior.

 

         También identifica el lienzo de sillares, situado en un lateral, que identificó como romanos. De esta misma zona realizo otros dibujos; como el que aparece en la primera ilustración antes señalada, así como este otro apunte, seguramente tomado “in situ” en el año 1934.

 

          En él, además de los restos de la rampa y del lienzo de sillares vienen indicados otros muros de mampostería aun conservados, como podemos ver en la fotografía de la época que reproducimos a continuación. Esta zona se conserva casi integra en la actualidad y podemos presuponer que aún se mantengan los restos de la rampa bajo la maleza que hoy cubre el lugar.

 

         Los restos indicados en su parte superior todavía se conservan parcialmente, aunque en un estado lamentable, si lo comparamos con estas fotografías de la época.

Nos ha llamado la atención la indicación de “escalera descubierta” en la parte central del mismo. Desconocíamos este dato y a qué se refiere, pero como veremos parecen existir otros espacios interiores.

También debió de conservarse algún resto del almenaje, así como lo que indica que era un matacán, el cual creemos haber identificado en una fotografía de la época, ya que también viene representado en otro pequeño dibujo al que nos referiremos más adelante 

 

Vemos como esa es la parte que más se ha visto alterada, tras el desprendimiento reciente. En esta antigua fotografía podemos ver no solo el matacán y el almenaje o muro al que se refería, sino también las bodegas excavadas en su base y que estaban reforzada por un contrafuerte.

 

Además del matacán en su extremo izquierda en esta imagen vemos el hueco y escalera, que muchos conocíamos como “cocina” y al que D. Federico se refiere como “hornillo”. Creemos que el espacio que hoy se conserva era de mayores dimensiones y está, en parte, colmatado por los escombros de sucesivos desprendimientos, pues como mostramos en la imagen siguiente le ventanal todavía se conserva cegado.

 

Podemos observar su dintel de madera, así como los restos del enfoscado en yeso en sus jambas. En las siguientes imágenes mostramos el acceso como se encuentra en la actualidad con el ventanal o puerta mencionada.

 

         En la otra cara del castillo también se indica otro ventanal, que todavía hoy se observa a menor altura y sobre el que no podemos pronunciarnos. Solamente diremos que mientras el resto del castillo está tallado en un único peñasco, esta parte parece recrecida con una especie de conglomerado formado por cantos rodados.

 

Por último, nos referiremos al cerramiento de su parte posterior. De Bordejé conservamos este dibujo realizado en 1934, con los dos pequeños torreones tal como indica en la planta y el muro que cerraba el recinto.

Desque fueron realizados estos dibujos, hace cien años, no se han realizado estudios arqueológicos sistemáticos en la zona, ni se ha invertido en la conservación de los restos existentes. De hecho, el castillo de Borja sigue siendo una incógnita, entre otras razones porque se identifica con el gran peñón, que no era sino el centro de un complejo mucho más amplio, que está a la espera de desvelarnos sus misterios. Continuaremos…