Jorge Andía continúa comentando los dibujos de D. Federico Bordeje que conservamos en nuestro archivo y hoy lo hace con los relacionados con la Torre del Pedernal de Borja.
Como muchos de nuestros lectores saben,
se trata de una construcción situada en las inmediaciones del casco urbano de
Borja, junto a un yacimiento arqueológico que abarca desde época celtibérica
hasta bajo imperial.
Parte de la construcción está
realizada en grandes piedras de sillería como indicaba Bordeje; las cuales
describía minuciosamente en uno de sus apuntes, indicando las hiladas y
dimensiones de las mismas. En su opinión, no confirmada posteriormente, situaba
esta construcción en una mansio romana, aunque modificada a lo largo del
tiempo.
Además de los sillares nos
proporcionó una planta, con la distribución interior del edificio que allí se
levantaba, el cual había sido solar de la familia del Arco. Hacía mención a las
vigas labradas que se encontraban en la sala principal, donde también eran
visibles los restos que Bordeje identificaba como romanos. Estas fotografías
del propio D. Federico nos muestran la imagen de esa construcción ya
desaparecida, que llegaron a pintar algunos artistas locales como D. Baltasar González
y Gómez Alarcón.
En esta vista
aérea de Borja en la que aparece la efímera plaza de Toros con que contó la
ciudad, aún puede verse la torre sin derribar, por lo que podemos datarla en
torno a 1930.
No sabíamos cuando
fue derribada, hasta quedar reducida a su estado actual, conservándose
únicamente dos muros, uno de ellos de sillares, un silo excavado y una bodega.
Pero, en el primer dibujo que hemos reproducido se indica expresamente que fue “derribada
en el invierno de 1932”. Tenemos, lo tanto, la datación precisa.
En septiembre de 1934, realizó
otros dibujos, con el edificio ya derribado y tras quedar como aún se conserva.
En el primero de ellos puede verse
la pared o fachada que da hacia el yacimiento arqueológico, construida en
mampostería y ladrillo. Corresponde al edificio medieval que se levantó allí, reaprovechando
los restos anteriores existentes.
En esta vista,
desde el antiguo camino a Tarazona, puede versa la rampa de acceso hoy desaparecida,
así como parte del muro construido en sillares, del que se han perdido algunos.
Este otro dibujo muestra la parte
interior, donde se aprecia el hueco labrado en el muro de sillares, donde se situaba
un hogar.
Terminamos con esta otra foto que,
como las anteriores, son de Enrique Lacleta, en la que puede verse la situación
actual del muro de sillares que tanto interés despertó a D. Federico Bordeje y
que, sin duda, sigue despertando actualmente el interés de muchos.
Esto contrasta con la falta de
cuidado, consolidación y limpieza de estos restos que bien gestionados serían
otro recurso turístico y cultural para nuestra ciudad. Pues como llevaba por
lema una asociación que tomó su nombre de esa torre, con el fin de luchar por la
defensa del patrimonio local: “Conservar
el pasado es invertir en futuro”.











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