El diccionario de la Real Academia Española ofrece como primera acepción de la palabra escaparate la de “Especie de alacena o armario, con puertas de vidrios o cristales y con anaqueles para poner imágenes, barros finos, etc.”.
Amaya Morera Villuendas publicó en el número
187 de Reales Sitios, la revista del
Patrimonio Nacional, un interesante artículo titulado “El escaparate.
Ostentación y devoción en el Madrid barroco (1630-1730)”. En él se destaca la
importancia de este tipo de muebles que adquirieron gran importancia en el
siglo XVII, como elementos de ostentación de la importancia social de sus dueños
y como expresión de religiosidad. La autora defiende el carácter español del
escaparate y la necesidad de profundizar en el estudio de las artes
decorativas. Lo decoraba con algunas imágenes de escaparates de las colecciones
de Patrimonio Nacional.
Desde aquí queremos hacer referencia a
tres escaparates que se muestran en el museo de la colegiata de Borja. No son
obras tan espectaculares como las citadas, pero sería interesante abordar su
estudio y el de otros ejemplos que se conservan en nuestra ciudad.
Entre las del Museo, destaca el que se
exhibe en la Sala III y que alberga un Ecce Homo, donado por las hermanas López
a la colegiata, pieza muy interesante tanto por el mueble en sí como por la
imagen. En la misma sala puede verse otro con una curiosa imagen de San Joaquín
llevando de la mano a la Virgen María.
En la Sala V, hay otro que tiene un
especial interés ya que fue fabricado para conservar el modelo en barro que el
escultor Santiago Marsili presentó al cabildo de la colegiata, cuando se le
encargó reemplazar la imagen titular del retablo mayor que, en el siglo XVII,
habían hecho los hermanos Antonio y Gregorio de Messa, que ha llegado hasta nosotros,
de forma sorprendente.



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