En la tarde del pasado jueves, tuvimos la grata sorpresa de recibir en la Casa de Aguilar a la ssa. Cristina Ricci, Cónsul Honoraria del Reino de los Países Bajos en la región de Cerdeña, con sede en Olbia.
Nacida en Collaferro, de padre italiano y madre berlinesa, estudió en la Universidad de Intérpretes y Traductores de Trieste y es licenciada por la Universidad de Saarbrücken y la Universidad de Sassari. Cuenta con un dilatado curriculum, en el que prima su amplio dominio de los idiomas (habla perfectamente español), y sus numerosas actividades culturales, factores decisivos para que el gobierno holandés, la eligiera para desempeñar el cargo de cónsul honoraria, tras el cierre del consulado general de Cagliari.
En su recorrido
por España, visitó el Archivo de la Nobleza, en Toledo, para recabar datos
sobre destacados personajes, relacionados con Cerdeña, sobre los que ha escrito
una importante obra que nos va a remitir.
A Borja llegó,
acompañada por su hermana Clarisse, para conocer la ciudad que dio nombre a la
familia Borgia (en italiano).
En una
agradable visita, nuestro Presidente les informó acerca de esa relación, sobre
la que estaba interesada, aunque insistió acerca del que la familia Borja se
consolidó en Valencia, tras su participación en la reconquista de esa ciudad
por Jaime I.
Pero, su mayor
sorpresa fue la de conocer que, en nuestra ciudad, quedan descendientes
directos de Lucrecia Borgia, fotografiándose con el joven miembro de esa
familia que, en estos momentos, nos acompaña todas las tardes en la Casa de
Aguilar.



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