Continuando
con la relación de piedras armeras conservadas en esta localidad, hoy haremos
referencia a las que se encuentran en sus calles, dejando para una tercera entrega
las muestras de heráldica existentes en su iglesia parroquial que, aún si ser
piedras armeras, merece la pena darlas a conocer.
Las
primeras de ellas corresponden a los Herrero, una familia que dispuso de dos
edificios, uno de ellos en la calle Mozos nº 2 y el otro en la calle San Juan
nº 32. En ambos se conservan, todavía, sus armas, con las herraduras que usaban
en ellas.
En la calle de San Juan
nº 2, se encuentra esta otra, perteneciente a los Arroyo, como se puede
constatar por la leyenda que figura al pie de las mismas. La casa que hace
esquina con la plaza donde se ubica la Casa Consistorial, fue importante,
aunque está muy maltratada, al igual que esta pieza que comentamos.
Aunque
peor es el estado de esta otra pieza, situada en la calle San Juan nº 30, la
cual fue cortada para abrir el balcón que existe sobre ella, ignorándose la
familia a la que perteneció.
En
una de las fachadas laterales de la casa que fuera de D. Joaquín Dusmet Lambea,
se encuentra este escudo en el que se hace constar “Armas de los Bela”. La casa
perteneció a los Navarro, una importante familia descendiente de Añón, en la
que destacaron los hermanos D. José, D. Joaquín y D. Diego Navarro Sangrán.
José fue Mariscal de Campo y amigó de
Godoy, con quien marchó al exilio en Francia. Joaquín fue Teniente General y
estuvo presente en la batalla de Bailén; estaba en posesión del título de conde
de Casa-Sarria. Finalmente, Diego, llegó a ser Brigadier de Artillería, empleo
que le fue concedido por Palafox, a raíz de su heroico comportamiento en la
defensa de Zaragoza, falleciendo en Niza en 1812, cautivo de los franceses.
Tuvo
una hija, Dª María del Carmen Navarro y Fonseca que fue camarista de la reina y
contrajo matrimonio con el Brigadier D. Joaquín Dusmet y Sesma, gentil-hombre y
secretario del infante D. Francisco de Paula (el niño a cuya salida del palacio
Real se amotinó el pueblo de Madrid). Dª María del Carmen, como única
descendiente de los Navarro, heredó todo el patrimonio de Añón y la casa
solariega que tenían en Ambel. Le sucedió su hijo D. Joaquín Dusmet y Navarro,
fallecido en 1888, siendo Brigadier del Ejército. En Chinchón, donde también
tenían importantes propiedades, nació D. José María Dusmet y Alonso, el célebre
entomólogo que fue padre del citado D. José María Dusmet Lambea. Lo que no
hemos podido establecer es la relación de los Navarro con los “Bela” a los que
corresponde la piedra armera que hay en su casa.
Finalmente, debemos citar la
existencia en el interior de una casa particular, de este otro escudo,
atribuido a los Berna, en el que, debido a su mal estado, solamente se advierte
un castillo.
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