Estos días, el Dr. D. Miguel
Ángel Pallarés está llevando a cabo la catalogación de un archivo privado de
Borja, un trabajo arduo que, sin embargo, ofrece numerosos alicientes como el
hallazgo de documentos que, por su interés o rareza, constituyen siempre una
agradable recompensa.
Entre
los numerosos grabados que se encuentran en dicho fondo, hemos seleccionado el
que aquí reproducimos. Realizado con la técnica de aguatinta, es de pequeño
formato, pues la mancha es de 17,3 x 11,4 cm. Al pie de la misma aparece la
leyenda “C'EST INCROYABLE / vingt trois mille prisonniers” (Es increíble. Veintitrés mil prisioneros). De autor anónimo, puede ser datada en fecha
posterior al 2 de febrero de 1797 y anterior al 24 de marzo de 1799, pues en
este último día le fue regalado en La Coruña a su propietario por D. Manuel
Sanz, como se hace constar en el reverso.
Hemos
encontrado un ejemplar del mismo en el Museo Carnavalet de París, donde lo
incluyen entre los llamados grabados satíricos, o mejor irónicos. El personaje
representado hace alusión a Napoleón Bonaparte, aunque su parecido es remoto y
el traje que viste no es el habitual en la iconografía del personaje.
Sin
embargo, el texto escrito hace referencia a la rendición de Mantua el 2 de
febrero de 1797. Ese día el Mariscal de Campo Dagoberto Sigmund von Wurmser que
había sido el Comandante en Jefe de las tropas imperiales austriacas durante el
largo enfrentamiento por el dominio de Lombardía, entrega la plaza a Napoleón,
tras un prolongado asedio que no pudo ser levantado, a pesar de los reiterados
intentos efectuados por los refuerzos que le fueron enviados.
En
aquellos últimos combates brilló con luz propia el General Massena, a quien
Napoleón recompensó con el título de duque de Rivoli y la campaña fue una de
las más brillantes llevadas a cabo por el que luego se proclamaría emperador,
obteniendo el control de Italia y un numeroso botín, con un importante número
de prisioneros, a los que se hace alusión en el grabado.
El
dibujo no se ajusta a la realidad pues en Mantua no había un puente de las características
del reflejado en el grabado, con el Estado Mayor sobre el mismo, aunque algunas
batallas de la campaña habían tenido como escenario un puente. Este el caso del
de Lodi (mayo de 1796) o el de Arcola (noviembre de 1796).
Es
significativo el hecho de que Napoleón no viste, como hemos señalado, atuendo
militar ni ciñe espada. El traje es civil y junto con el sombrero, lleva en la
mano un simple bastón, lo que viene a acentuar la magnitud del triunfo logrado.
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