Cuando
en 2005 publicamos el Diccionario
Biográfico, al tratar de la figura de D. José Vicente Álvarez de Espejo y
Navarro de Egui, II marqués de González de Castejón, por su matrimonio con Dª
María Teresa González de Castejón y Arnedo, hicimos referencia a una pequeña obra,
publicada en 1863, con el título Opúsculo
sobre las cinco repúblicas de la América Central, que no habíamos logrado
conseguir.
Ahora
hemos podido localizarla en una biblioteca borjana, con dedicatoria de su
autor. Fue impresa por Calisto Ariño, propietario de una imprenta de la capital
aragonesa en la fecha citada. Consta de 36 páginas y está dedicada al Excmo.
Sr. D. Tomás de Asensi, Director de Comercio en la Primera Secretaría de
Estado, al que se la había leído previamente.
D.
José Vicente había sido nombrado el 17 de marzo de 1859 Cónsul General de
España ante las Repúblicas de Centroamérica y, aunque sólo desempeñó el cargo
hasta el 24 de mayo de 1859, con los materiales reunidos compuso este trabajo
que, fundamentalmente reúne datos geográficos de Costa Rica, Nicaragua, “San
Salvador”, Honduras y Guatemala, en los
que estuvo acreditado. Incluye también una pequeña reseña histórica, resaltando
hechos tan llamativos como el intento del coronel D. Agustín Iturbe, uno de los
libertadores, de constituir un imperio al frente del cual pretendía poner a un
príncipe de la familia real española.
Pero,
la aparición del libro nos ha servido para recordar a un personaje que había
nacido en nuestra ciudad en 1823 que, con 24 años, contrajo matrimonio con una
de las mujeres más guapas de su época, Dª Teresa González de Castejón, natural
de Cascante que, en 1859, se convirtió en II marquesa de González de Castejón.
Teresa
se había marchado a Francia, como dama de compañía de la emperatriz Eugenia de
Montijo y allí nació su hijo el futuro general laureado D. Ricardo Álvarez
Espejo y González de Castejón, al que corresponde el retrato que reproducimos y
que se encontraba en la Sala de Laureados del antiguo Museo Militar de Madrid.
Mientras
que D. José Vicente Álvarez Espejo falleció en 1889, lejos de su ciudad natal,
Teresa murió en Borja el 9 de junio de 1904, en cuyo cementerio reposan sus
restos, en compañía de los de su hijo, en un mausoleo situado junto a la
entrada del mismo, con un ángel de mármol blanco sobre la tumba.
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