En
marzo de 1913 se colocó el primer reloj público con esfera que existió en
Borja. Instalado en el arco central de la galería superior de la Casa
Consistorial, fue preciso derribar el campanil existente, con la campana que
tocaba cada vez que reunía la corporación municipal y sustituirlo por otro
menos airoso que seguía alojando a la citada campana y sobre él la del reloj.
Comoquiera que en la segunda foto no aparece el reloj, es evidente que fue
realizada antes de 1913 y por lo tanto, la decoración de la misma, en honor a
D. Vicente Casanova y Marzol no puede corresponder a su visita a Borja, tras
ser creado cardenal (lo que ocurrió en 1921), como habíamos señalado en
ocasiones anteriores, sino tras su consagración como obispo de Almería en 1907
y ello obliga a corregir también la fecha de su nombramiento como “Hijo
Prelidecto de la ciudad”, dado que en el arco colocado a la entrada de la Casa,
ya se le otorga ese título.
El
reloj, del sistema Redondo-Cuenca, llevaba una placa en la parte posterior con
el año de su fabricación y la mención a D. Manuel Lorente, que fue Alcalde de
Borja entre el 1 de enero de 1912 y el 1 de enero de 1914.
Tras
la última restauración del edificio, realizada siendo Alcalde D. Luis María
Garriga, se optó por construir esta otra espadaña en la que se dispusieron la
campana del reloj y la capitular, aunque sin yugo y colgada de una argolla. Ni
una ni otra cumplen cometido alguno, ya que la del reloj está inservible y las
horas suenan mediante un sistema de megafonía y la histórica en su disposición
actual no tiene sentido. Como, por otra parte, la espadaña presenta grietas
llamativas, como ya indicamos en su momento, sería conveniente plantear la posibilidad
de reconstruir la primitiva con una única campana, la propia de la Casa
Consistorial.
Pero
antes de que existiera el reloj de la Casa Consistorial, el Ayuntamiento tenía
otros dos relojes, aunque acústicos. Uno en la colegiata de Santa María y otro
en la iglesia de San Bartolomé. Lo que pocos saben es que ambos eran de
propiedad municipal y por eso figuraban en los correspondientes inventarios de
bienes. El primero de ellos era el más antiguo.
Situado en la llamada “torre
del reloj”, se servía de la llamada campana del Batallón para dar las horas y
otra más pequeña y contigua para los cuartos. Desde hace unos años, y merced a
la iniciativa de los entonces párrocos D. Jesús Garcés y D. Florencio Garcés, han
vuelto a sonar aunque activadas por un sistema informático. Este reloj existía
ya en el siglo XVI y están documentadas varias refundiciones de sus campanas.
El de San Bartolomé era
posterior, aunque también propiedad del Ayuntamiento, por lo que respecta al
mecanismo, dado que se servía de las campanas de la iglesia. El mal estado de
las mismas a comienzos del siglo XX, lo dejó inservible, planteándose su
recuperación en varias ocasiones. En este momento ignoramos el destino final de
la maquinaria de ambos relojes.
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