Si hace pocos días nos sorprendió encontrar una silla
abandona en un callejón de la plaza de Aguilar, el espectáculo que ayer por la
mañana ofrecía la plaza del Olmo era realmente deprimente.
Cuando existe un servicio organizado para la recogida de muebles
viejos y otros enseres domésticos, resulta incalificable el que siga habiendo
personas que los abandonen junto a los contenedores (que tienen otra función) y
además en los días menos apropiados.
Ello da lugar a que la imagen que ofrece nuestra ciudad a
los visitantes dista mucho de ser la más adecuada, al margen de que el resto de
los vecinos tienen que soportar la falta de civismo de algunos.
Pero las lamentaciones de poco sirven. Algo más habrá que
hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario