Visita a la excavación de Mallén

         El pasado sábado se celebró una jornada de puertas abiertas en las excavaciones que se han venido realizando en el yacimiento de Mallén. Hasta allí de desplazó Ramón Andía, integrándose en uno de los grupos de 20 personas que se fueron formando.

         En el puente peatonal del río Huecha fueron recogidos por el codirector de la excavación D. Ángel Santos que fue el guía de su grupo, quien les explicó que el nombre de “El Convento” hace referencia al que perteneció a la orden franciscana, cuyos restos se han excavado, pero que también hay restos arqueológicos, desde la Edad del Hierro hasta el siglo II y que, en esa zona, existió un pagus que aparece mencionado en el bronce de Agón.

         Una vez en el interior de la zona excavada, les mostró en primer lugar los restos encontrados del convento franciscano, edificado en el siglo XVII, aunque señaló que el muro que podían observar pertenecía una posible ampliación posterior.

Después les mostró una segunda cata, abierta entre dos que se hicieron en las excavaciones de los años 80, de la que no tenían demasiada información. Ahora, han encontrado un derrumbe de adobe que, al humedecerlo, permitió a los asistentes observa los diferentes tonos de la tierra.

         Posteriormente visitaron la zona situada al otro lado del camino, en la que se alza el peirón de San Antón (recordamos que también es BIC). En ella no se excavó en los años 80 por lo que, en teoría, permanecía virgen.

A un palmo escaso de profundidad se ha encontrado un derrumbe de adobes y, bajo él, se constató la existencia de tierra batida con cal, propia de los patios romanos. También hay restos de un poblado celtíbero.

 Han encontrado cerámicas de la edad del Hierro y es posible que algunas de ellas sean de edad del Bronce. También  han aparecido siete tumbas de niños.

La visita finalizó en la Casa de Cultura de Mallén, donde habían expuesto las piezas encontradas en la excavación que no les dejaron fotografiar, por lo que nos han privado a los que no pudimos asistir de la posibilidad de contemplar esos fragmentos de cerámica, entre los que había algún elemento singular como una figura de mujer.

Agradecemos a D. Ramón Andía la crónica que nos ha remitido junto con las fotografías que la ilustran.