Por las circunstancias que estamos atravesando, hacía tiempo que no nos acercábamos a Ambel. Aunque hemos seguido de cerca los avances realizados, teníamos interés en constatarlos personalmente y lo cierto es que la impresión no ha podido ser más favorable. A la entrada de la población se alza la primera bandera verde, justamente concedida a este municipio.
En su entorno, un mural con flores y un nuevo lema: “Ambel, alas y raíces”; bancos y barandillas en la parada y, al otro lado una curiosa composición realizada con las antiguas placas que rotulaban las calles. Todo perfecto y aún lo será más cuando, próximamente, sean reemplazadas las baldosas deterioradas y el remate del pilar de la Virgen del Pilar que muestra pequeños desprendimientos.
Junto
a la fachada lateral de las antiguas escuelas unas mesas con bancos y las
macetas que allí fueron colocadas en aquella jornada de colaboración vecinal,
invitan al descanso, con el añadido de que se conservan muy bien, lo que
demuestra que las cuidan.
En
la calle del Moral nos sorprendió el mural realizado por “Julia nada más”, una artista
plástica de reconocido prestigio, que forma un conjunto perfecto con la
decoración floral contigua.
Está
dedicado al dance, una de las señas de identidad del municipio, destacando tres
elementos característicos, como son los palos, las sayetas rojas con franjas
blancas y amarillas y las escarapelas con cascabeles que los danzantes llevan
en torno a las rodillas. Como fondo la torre de la iglesia parroquial de San
Miguel y la inconfundible silueta del Moncayo. Comoquiera que, en un lateral,
aparece el logotipo de la comarca, deducimos que habrá colaborado en su
realización.
Junto
al mural y en otro punto de la plaza de la Vicera, los palets con macetas ofrecen
este precioso aspecto. Qué excelente tratamiento el que se dio a estas modestas
piezas de madera y qué gran acierto el decorarlas con macetas.
Finalmente,
queremos hacer mención a las nuevas placas de rotulación de las calles y
plazas, realizadas en el Taller de Cerámica de Muel de la Diputación
Provincial, con ese modelo que se está imponiendo en muchas localidades.
Qué
bonito nombre el de “la Vicera” que alude a una institución comunal para llevar
a pastar al ganado que los más jóvenes ya no conocen. Anteriormente hemos
comentado el destino dado a las antiguas placas, pero nos ha gustado comprobar
que, en la calle Moral (en realidad debería poner “del Moral”) se ha conservado
la primitiva placa, la que fue colocada en el siglo XIX, o al menos responde al
modelo entonces establecido que ha ido desapareciendo de muchas partes.
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