El pasado domingo pudimos ver ya, en la iglesia del convento de Santa Clara, el belén más antiguo de los existentes en nuestra ciudad que, como otras veces hemos comentado, presenta curiosas particularidades.
En él no se instala el Niño hasta la
Nochebuena. Su lugar lo ocupa, hasta ese momento, el libro de la Sagrada
Escritura, recordando las profecías que anunciaban la llegada del Mesías.
En virtud del privilegio concedido por
el Papa Francisco, con ocasión del VIII Centenario del primer belén, creado por
San Francisco de Asís, visitando este belén borjano (al igual que todos los
instalados en templos franciscanos) puede ganarse indulgencia plenaria, siempre
que se cumplan las condiciones establecidas para ello, que son el rezar por las
intenciones del Papa y confesar y comulgar en el período comprendido entre los
veinte días anteriores y los veinte posteriores a la visita. Además, se puede
ganar la indulgencia tantas veces como se visite, siendo aplicable a las almas
de cualquier difunto.
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