Europa Nostra acaba de hacer público el fallo de los Premios de este año, en el las candidaturas españolas han obtenido tres Medallas de Oro, cuya entrega se efectuará en Bruselas.
En la categoría
de “Conservación y adaptación a nuevos usos”, una de las Medallas ha recaído en
la restauración de la Puerta de Alcalá, promovida por el Ayuntamiento de Madrid,
emblema patrimonial de la capital de España, en cuya rehabilitación se ha
combinado la artesanía tradicional y el análisis científico en un proyecto
público a gran escala, estableciendo nuevos estándares de transparencia,
investigación y participación ciudadana. El Jurado ha resaltado, precisamente,
esos aspectos de integración de métodos científicos modernos y técnicas
constructivas tradicionales, destacando al mismo tiempo el intenso trabajo de
divulgación y la organización de visitas guiadas a las obras.
En la categoría de “Investigación”
ha sido galardonado el proyecto IS-LE: Legado Islámico, liderado por la UNED,
en el que han participado 80 socios institucionales de 40 países, replanteado
el estudio del patrimonio islámico en Europa y el Mediterráneo, contribuyendo a
una mejor comprensión del patrimonio islámico como parte de la historia europea
y al debate contemporáneo sobre valores compartidos.
Su objetivo principal consistía en
superar las fronteras nacionales y disciplinarias tradicionales mediante la
creación de una plataforma de investigación estable e interdisciplinaria que
mostrase la historia tan íntimamente conectada de los mundos islámico y
cristiano desde períodos bajomedievales hasta la primera modernidad. El jurado
ha destacado que las publicaciones de acceso abierto del proyecto y sus
esfuerzos por conectar investigaciones fragmentadas entre países, han sido
logros muy importantes.
Finalmente, en
la categoría “Participación y sensibilización de los ciudadanos” se ha
concedido una Medalla de Oro a la Casa Batlló de Barcelona por haber sido
pionera en la creación de un equipo de personas neurodivergentes para atender a
los visitantes.
En colaboración con una
organización especializada, el museo ha desarrollado un modelo de empleo
estructurado que sienta un precedente para las prácticas inclusivas en el
sector del patrimonio.
El galardón se justifica por un enfoque
innovador para la gestión del patrimonio cultural que promueve la diversidad y
la inclusión en una institución emblemática. El proyecto transmite un mensaje
contundente sobre la responsabilidad social en el sector patrimonial. Además,
crea un nuevo estándar para la gestión inclusiva del patrimonio cultural que
podría inspirar a otras instituciones a adoptar prácticas similares. Hay que tener
en cuenta que este proyecto, cuidadosamente estructurado, ha integrado a 100
personas neurodivergentes (incluyendo personas del espectro autista y otras con
diferencias cognitivas) en roles de atención al público junto con personal
neurotípico.



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