lunes, 21 de julio de 2025

La fuente de las Canales

         Durante mucho tiempo, la única fuente existente en el interior del recinto amurallado fue la de las Canales. Emplazada en la plaza del mismo nombre, sus aguas procedían del manantial de Sopez de donde llegaban, a través de una acequia descubierta, hasta un estanque del que, por medio de una tubería, se abastecía esta fuente y otras construidas más tarde.

         Tenemos noticia de una reparación efectuada en 1656 y otra, en 1722, que corrió a cargo de D. Juan San Gil, pero diez años después la fuente estaba arruinada y sin agua, por lo que, en 1733, fue preciso acometer con urgencia su restauración, “por ser la única fuente de la ciudad”, lo que no sólo entrañaba un grave perjuicio a sus habitantes, sino que “si hubiese algún incendio no se tendría agua con qué apagarlo”. Las obras continuaron en años sucesivos y, en 1757, se empleaban para ello unas piedras situadas en la calle Capuchinos.

 

         Disponemos de antiguas fotografías del siglo XIX en las que pueden apreciarse las características que entonces tenía. En ellas se ve la fuente apoyada en la fachada del edificio que, posteriormente, fue derribado para ampliar la plaza.

Está construida en piedra de cantería, rematada por una moldura semicircular sobre la que se apoya un pináculo y, bajo ella, dos piedras armeras. La derecha es difícil de identificar, pero la izquierda corresponde al escudo original de la ciudad, en el que sólo figuraba el castillo sobre peñas, con dos leones adosados. Este fue el modelo habitual en todas las representaciones heráldicas de la ciudad, hasta la incorporación de la vaca, bajo el castillo. Este hecho tuvo lugar en 1692, por acuerdo municipal y tanto en el escudo de la Casa Consistorial, como en el del Pósito, se esculpió la vaca, utilizando las peñas sobre las que se sustentaba el castillo. Pero en el caso de la fuente, al igual que en el antiguo hospital quedaron las armas originales. Ello nos permite datar la obra de la fuente, con anterioridad a esa fecha.

Pero, respecto a esta imagen, creemos que es anterior a 1902, pero posterior a la instalación del alumbrado eléctrico, ya que, junto a los antiguos faroles de gas, ya pueden verse los nuevos soportes con bombillas. También aquí aparece un alguacil que, en este caso, apoya la vara en el suelo.

 

         Muy interesante es esta otra foto, ya que ofrece una imagen inédita de la fuente y del edificio al que estaba adosada. Está fechada en 1904, poco después de que el Alcalde D. Feliciano Rivas Foncillas hubiera llevado a cabo la remodelación de la plaza, derribando parte de ese edificio y decorando la pared resultante con esa magnífica solución de pilastras acanaladas que sostienen un frontón triangular. En ella no existe ningún vano, precisamente por su condición de medianería.

         La remodelación incluyó el cambio del aspecto de la fuente, que cambió su remate semicircular por este otro rectangular, como se distingue detrás del grupo de personas que se apoyan en ella, enmarcada por unos bloques de piedra sobre uno de los cuales se dispone un cántaro. A la derecha, puede verse también un alguacil, con el uniforme que vestían en aquellos momentos, llevando en su mano derecha una larga vara.

 

Pero la solución adoptada planteó muy pronto graves problemas por las filtraciones de la fuente. Si observamos la fotografía se aprecian perfectamente las manchas de humedad en la pared, donde por otra parte ya se habían producido desprendimientos del revocado.

 

            Por ello, D. Feliciano Rivas, en su segundo mandato como Alcalde (1905-1907) tomó la decisión de separar la fuente, disponiendo tras ella un abrevadero, aunque alejado de la pared. Al mismo tiempo, se le dotó de un remate sobre la estructura moldurada preexistente. A ello contribuyó el que la casa afectada por las humedades fuera de su propiedad, lo que dio origen a jocosos comentarios, por considerar que la reforma tenía como objeto el evitar las humedades en su casa.

            En esta foto se puede ver, asimismo, una de las dos ventanas que, más tarde, el Ayuntamiento autorizó a abrir para dar luz a la carpintería que había en la planta inferior del edificio posterior, aunque en la concesión se hacía constar que debían tener reja y que podría ordenar su cerramiento en cualquier momento.

 

         Aunque la fuente se había convertido en uno de los elementos más representativos de la ciudad, en noviembre de 1967, el ayuntamiento decidió desmontarla para ampliar el número de aparcamientos en la plaza. Sus piedras fueron amontonadas en el terreno donde más tarde se levantó la Casa Sindical.

La decisión provocó el rechazo de muchas personas y hubo diversas iniciativas para evitar que se perdiera definitivamente. Se llegó a pensar en instalarla en el patio del nuevo instituto e, incluso, en 1978, D. Rafael Cascán se dirigió al M. I. Ayuntamiento y al Centro de Estudios Borjanos solicitando su restauración y su posible instalación en el Polígono de la Romería.

Al acceder a la alcaldía D. Luis María Garriga, manifestó su deseo de que retornara a su emplazamiento original. Más de 500 vecinos avalaron con sus firmas, en 1979, esa propuesta. Pero las buenas intenciones no llegaban a convertirse en realidad.

En la Feria de Septiembre de 1980, la Peña Zauriles desfiló con una carroza en la que aparecía representada la famosa fuente y, de nuevo, el alcalde anunció que la restauración se llevaría a efecto.

 

A finales de 1981, se nombró al concejal Sr. Madrid encargado de su rehabilitación y, por fin, en febrero de 1982, la prensa regional informó del comienzo de las obras que culminaron ese mismo año, pudiendo aparecer ya, en el programa de la feria de ese año, entre las realizaciones municipales. 

La nueva fuente, tercera de las conocidas, se levantó con características muy parecidas a la anterior, aunque sin los pilones. Fue preciso rehacer algunas de sus piedras que se habían perdido, tras años de abandono.

 


A pesar del esfuerzo realizado para recuperarla, desde hace años, por sus caños no cae agua, y este es el aspecto que presentaba ayer, envuelta por los coches, aunque ya fueron retirados los contenedores de basura que, en algún momento, llegaron a colocar allí.

 

         Hubo un momento, en el que se pretendió dignificar ese espacio y restaurar la medianería del edificio situado detrás, pero el fallecimiento del impulsor del proyecto, frustró ese loable propósito que habrá que retomar cuando todo vuelva a la normalidad.


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