lunes, 5 de septiembre de 2022

La triste imagen de los cascos históricos

 

         Visitando recientemente Calatayud veíamos una pancarta que pedía parar la degradación y salvar el casco antiguo. El problema, aun siendo importante en esa ciudad afecta también a otras muchas, entre ellas la nuestra, como mostraremos seguidamente.





         Lo que ocurre en Calatayud es que afecta a espacios tan emblemáticos como la plaza de España, donde se produjeron derrumbamientos, aunque se está trabajando en la recuperación de algunos edificios y su Ayuntamiento ha anunciado otras medidas.



         Calatayud ha sido pionera en muchos aspectos. Fue por decreto del 2 de febrero de 1967 cuando su casco fue declarado “Conjunto Histórico-Artístico” de interés nacional y, en 1973, la Comisaría General del Patrimonio Artístico Nacional del Ministerio de Educación y Ciencia publicó el Programa Urgente de Protección del Conjunto Histórico-Artístico de Calatayud, tras su elaboración por un amplio equipo de especialistas, en el que, con distintos colores, se analizaba el estado de conservación de cada edificio y se proponían medidas concretas, acompañadas de abundante documentación fotográfica.

         A nosotros aquello nos pareció modélico y, poco después, el Centro de Estudios Borjanos (creado a imagen y semejanza del Centro de Estudios Bilbilitanos) elevó al Ministerio la petición de que el casco antiguo de Borja fuera también objeto de declaración. No fue hasta 1984 cuando el expediente fue incoado pero, aun tuvieron que transcurrir 20 años para que, en 2014, fuera finalmente declarado BIC.

         Para entonces, el M.I. Ayuntamiento ya había encargado a una empresa especializada la elaboración de un Plan Integral del Casco Histórico (PICH), un instrumento obligatorio para su protección, aunque tras la inversión que supuso su redacción, aun está pendiente de aprobación, de manera que las actuaciones realizadas en zonas especialmente sensibles adolecen de criterios homologados.


         No hace mucho recorrimos algunas zonas cercanas a una “plaza” recientemente rehabilitada, encontrándonos con imágenes como las que ofrecemos que, en algunos casos muestran situaciones de riesgo para los que por allí pasen.




         Pero, en la mayoría de los casos, el abandono y la suciedad acumulada ofrecen un aspecto lamentable con numerosos edificios derruidos y otros prácticamente abandonados.




         Hubo una época en la que, al presentar “imágenes típicas” de Borja se recurría a este balcón de la zona de la Corona con la ermita de San Jorge al fondo. El balcón de madera era realmente bonito, pero fue reemplazado sin ningún criterio por una estructura metálica que también se va deteriorando.




         Son también BIC los restos de la muralla islámica, a pesar de lo cual se encuentran en completo abandono sin que se hayan adoptado medidas para frenar su deterioro y evitar los constantes desprendimientos, entre otras cuestiones.

         Al igual que hemos presentado estas fotografías de un sector concreto podríamos hacerlo de otros muchos, cuyo estado no es mejor. Por ello, somos pesimistas respecto al futuro, pues para frenar el deterioro de los cascos históricos (el de Borja y los de otros muchos lugares), se requieren inversiones, planes específicos, conocimientos respecto a las medidas a tomar y, sobre todo, voluntad política. Cuando faltan uno, varios o todos esos elementos poco puede esperarse, por más que se lleven a cabo actuaciones puntuales que, al final, sólo serán islas en medio de un mar de desolación.








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