sábado, 4 de octubre de 2014

Una obra del pintor Juan José Luis González Bernal


            Durante nuestra reciente visita a Utebo, tuvimos la oportunidad de contemplar una obra de Juan José Luis González Bernal que desconocíamos, lo cual siempre constituye un grato “descubrimiento”.



            González Bernal nació en Zaragoza, en 1908, pero su madre Luisa Bernal era natural de Borja, razón por la cual lo incluimos en nuestro Diccionario Biográfico. Hasta hace relativamente pocos años, su figura era prácticamente desconocida.
            Su trayectoria personal, aunque muy breve, fue especialmente comprometida con las vanguardias artísticas y sus ideales políticos.
            Quiso ser médico, pero no superó las pruebas de ingreso en la Facultad, por lo que se matriculó en la Escuela de Artes y Oficios. Después, perfeccionó sus conocimientos en el estudio de D. Abel Bueno, trabajando, al mismo tiempo, como aprendiz de joyería.




            Se trasladó a Barcelona, donde continuó sus estudios artísticos y comenzó a exponer. Precisamente, con la venta de uno de sus cuadros pudo viajar a París, donde entró en contacto con el surrealismo, una corriente a la que se incorporó inmediatamente.



            Su trabajo no fue reconocido en su ciudad natal, donde expuso e, incluso, presentó bocetos para el cartel de las fiestas del Pilar que nunca fueron seleccionados.
            Al declararse la Guerra Civil, volvió a España para incorporarse al Servicio de Información, más tarde Ministerio de Propaganda, que había creado en Madrid Arturo Soria. Desde allí pasó a Valencia, cuando el gobierno republicano se trasladó a esa ciudad. Para entonces, su salud se había resentido mucho, como consecuencia de un proceso tuberculoso muy avanzado.
            Aunque lo trató su buen amigo el Dr. D. Julián Vizcaíno en Barcelona, la enfermedad continuó su progresión y decidió retornar a París, donde falleció el 15 de diciembre de 1939, con 31 años de edad. Cuarenta y cuatro años después, era presentada en Zaragoza una exposición antológica de su obra, organizada por Ibercaja. 



            Era el primer reconocimiento recibido en nuestra tierra, al que siguieron otros. Especialmente, tras la donación a las Cortes de Aragón de una importante colección de sus obras, por parte de los herederos del Dr. Julián Vizcaíno. Una selección de las mismas pudo contemplarse  en dos salas de la Aljafería, con motivo de la exposición “25 años de arte contemporáneo en las Cortes de Aragón”. También se han cedido algunas de ellas para otras muestras realizadas en Madrid, Segovia o Estella.
            Desde aquí, como ya lo hiciéramos anteriormente, queremos contribuir al conocimiento de este artista relacionado con nuestra ciudad, dando noticia de esta obra de la que hemos reproducido algunos detalles.

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