martes, 14 de septiembre de 2021

Monumentos a Santos González Roncal

 

         Santos González Roncal fue uno de los héroes que, en el fuerte de Baler (en realidad la iglesia de esa localidad), resistieron durante 337 días los ataques de las fuerzas tagalas, incluso mucho después de que el acuerdo suscrito entre España y los Estados Unidos de América hubiera puesto fin a la guerra. La gesta de aquellos “últimos de Filipinas” asombró al mundo y sólo se rindieron con honores, mereciendo el reconocimiento del propio Presidente Aguinaldo. Santos González era el corneta de la guarnición y su instrumento acompañó el momento en el que la enseña nacional se arriaba de la posición que, con tanta bravura, habían defendido.

         Volvió a Mallén donde contrajo matrimonio y tuvo seis hijos. En su localidad natal murió fusilado en 1936, un hecho absolutamente reprobable. Todos los asesinatos lo son pero, en este caso, existía el agravante de dar muerte a un héroe que, defendiendo a su patria, se había hecho acreedor a la Cruz de Plata del Mérito Militar con distintivo rojo y la pensión mensual de 7,50 pesetas con carácter vitalicio. Hechos como el que comentamos sólo se pueden producir en España, cicatera con sus héroes (pudieron haberles dado la Laureada colectiva) e incapaz de mantener la razón en los momentos de dificultad. En cualquier lugar, jamás se hubiera ejecutado a un hombre con el pasado militar del corneta de Baler, aunque hubiera cometido un horrendo crimen, lo que no ocurría en este caso.

         Mallén le dedicó un monumento, obra del escultor Santiago Osácar que vamos a fotografiar, dado que no tenemos en nuestro archivo imágenes propias.


         Estas reflexiones han surgido porque, en una de las conferencias de las XXI Jornadas sobre la Historia de Tauste, a las que hacemos referencia en otro artículo, D. Miguel Ángel López de la Asunción habló sobre otro de los defensores de Baler, Baldomero Larrodé Paracuellos, natural de Tauste, muerto a consecuencia del beri-beri, en el transcurso del sitio. Su aportación es importante dado que, hasta ahora, entre los 54 defensores de Baler únicamente se aludía a dos aragoneses: Santos González Roncal, natural de Mallén y Marcos Mateo Conesa, natural de Tronchón (Teruel).

         Hizo referencia también al monumento inaugurado el 13 de enero de 2020 en la plaza del marqués de Valle Suchil en Madrid, momento al que corresponde esta imagen.


Es obra del escultor Salvador Amaya y en él aparece el último comandante militar del fuerte, el 2º Teniente D. Saturnino Martín Cerezo, según un boceto del pintor Augusto Ferrer-Dalmau.



         En el monumento, erigido por suscripción popular, como se hace constar en su cara frontal, figura la relación de los defensores, por orden alfabético de sus nombres, siendo Santos González Roncal, el cuarto comenzando por la parte inferior. Respecto a las dos Cruces Laureadas de San Fernando que aparecen en el monumento son las que fueron concedidas, tras juicio contradictorio, a los dos comandantes del fuerte: D. Enrique de las Morenas (con carácter póstumo) y D. Saturnino Martín Cerezo.



         Con anterioridad, el 21 de septiembre de 2019, había sido inaugurado en la plaza de España de Miajadas (Cáceres), localidad natal, de D. Saturnino Martín Cerezo, otro monumento a él dedicado junto al que se ha colocado una gran lápida con los nombres de todos los defensores, entre ellos el de Santos González Roncal. 

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