Hace tres años, un pavoroso incendio arrasó la Muela Baja de Borja, calcinando la mayor parte de su arbolado. Ahora, Enrique Lacleta ha estado en ese lugar, comprobando que, favorecido por las abundantes lluvias de los pasados meses, ha surgido un auténtico jardín, entre los tocones quemados.
Son imágenes
muy bonitas sobre las que nos comenta que nunca había visto la Muela así, entre
otras razones porque los árboles que había no permitían el crecimiento de este
tipo de praderas.
Nos dice,
también, que algunos árboles lograron sobrevivir y que los que han sido
plantados, con posterioridad, parecen haber iniciado su crecimiento, merced a
las lluvias.
Aunque,
probablemente, nada volverá a ser como antes del incendio, la Naturaleza sigue
su curso y, junto a los restos de la catástrofe, brota la vida de forma exuberante.








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