Este
año en el que, por conmemorarse el X aniversario de la Convención para el
Patrimonio Cultural de la UNESCO, estamos dedicando especial atención a todas
las manifestaciones tradicionales de nuestra zona, quisimos estar presentes en
la representación del dance Ainzón que tuvo lugar en la tarde del pasado
sábado, día 14 de septiembre. En esta ocasión, figuraban como invitados
especiales los miembros del Grupo de Dance de Albeta que encabezaron la
comitiva que, por la calle Solana, se dirigió a la Plaza Mayor.
Tras
ellos, desfilaron bailando los dos grupos de Ainzón, integrados
mayoritariamente por chicas que vestían el traje que, tradicionalmente, han
llevado los danzantes en muchas localidades de nuestra zona, con la
particularidad de que aquí la mitad de los bailadores usan faja y vivos rojos
en el pantalón, mientras que los otros utilizan el color negro.
Unos
y otros iban acompañados por los gaiteros de la Asociación “El Chamarluco” de
Albeta, denominación que hace referencia al nombre con el que, en esa
localidad, se conoce al cipotegato de otros lugares. Hay que destacar la gran
labor que ha venido realizando para la recuperación de estos instrumentos en
nuestra comarca.
En
la plaza se habían congregado numerosas personas para presenciar esta
representación que está íntimamente vinculada a la devoción al Santo Cristo de
la Capilla, patrono de la villa, y que, por este motivo, tiene lugar el 14 de
septiembre, Solemnidad de la Exaltación de la Santa Cruz.
El
dance comienza con las “pleitesías” ante el estandarte que representa al patrón
de Ainzón que debe estar situado en el tablado.
Con
los danzantes formados en el tablado, una de las integrantes del grupo dedicó
unas emotivas palabras al que fuera Alcalde de la localidad, D. Miguel Royo
Chamorro, recientemente fallecido en plena juventud.
Fue
muy aplaudida la intervención del Grupo de Albeta que interpretó algunos de los
bailes del dance que, en esa localidad, dedican a Ntra. Sra. del Rosario el
primer domingo de octubre.
Al
finalizar, el mayoral de Albeta dedicado también un recuerdo, cargado de
sentimiento, al alcalde desaparecido, recordando que fue él quien les invitó a
participar este año en estar fiestas. Seguidamente, hizo entrega de una placa
conmemorativa a los responsables del dance de Ainzón.
En
Ainzón, a diferencia de otros lugares, el paloteado precede al dance que, como
hemos comentado en otras ocasiones, es la parte “hablada” de la representación,
interpretando los mismos bailes los dos grupos de danzantes.
Después,
y con los danzantes sentados en sus palos, a la vieja usanza, tuvo lugar la
representación del “sainete” que, en el caso de Ainzón, la lucha entre el Bien
y el Mal, es caracterizada como un enfrentamiento entre “turcos” y
“cristianos”.
Los
papeles de “general turco” y “general cristiano” fueron interpretados por la
rabadán y mayoral. Tras la lucha con espadas, el turco cae herido de muerte,
pero su conversión y la prodigiosa intervención del Santo Cristo, logran su
curación.
Siguen,
a continuación, los “dichos y competencias”. Cada danzante, con uno de los
palos en alto, recita los versos en honor al patrón de la localidad y,
posteriormente, deben “aguantar” las “críticas” que le dirigen la rabadán y la
mayoral y de las que no se libraron los preparadores del dance.
El
baile de cintas que, tanto el grupo de mayores como el de pequeñas,
interpretaron con gran brillantez tenía, en esta ocasión, especial significado,
ya que se había anunciado que el ramo que corona el palo iba a ser entregado a
la viuda de Miguel.
Una
peculiaridad del dance de Ainzón es el hecho de que el último de los bailes se
efectúa, a los acordes del himno nacional, por los dos grupos de danzantes.
Seguidamente,
tanto el grupo de Ainzón como el de Albeta se dirigieron a la iglesia
parroquial de Ntra. Sra. de Piedad, en compañía de numerosas personas.
Allí
ante el altar de la hermosa imagen gótica de Cristo Crucificado volvió a ser interpretado
el himno nacional y posaron todos los que habían participado en este acto de
tan profundo arraigo.
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