En
el artículo de ayer, sobre la Jornada de Puertas Abiertas en la Estanca de
Borja, hicimos referencia a las personas que se habían acercado hasta ese lugar
andando. Nos han llegado ahora imágenes del grupo que salió de nuestra ciudad,
a primera hora, comandado por D. Mariano Irache-Cabañero que, en realidad, fue
el impulsor de esta iniciativa. Con ellos marchó el Concejal de Deportes, D.
Víctor Urzay Compans.
Durante
el trayecto, pudieron detenerse a contemplar los distintos monumentos que lo
jalonan. El primero de ellos es el pilar del Maco que, ahora, queda sobre una
pequeña elevación entre el antiguo camino y el nuevo trazado.
A
mayor distancia está el pilar de Santa Bárbara, pero no quisieron perder la
ocasión de acercarse hasta el mismo, situado sobre una loma, a la derecha del
camino y del que publicamos un comentario hace algunos días.
Los
caminantes fueron el primer grupo en llegar a la Casa de la Estanca, pues el
vehículo que se ve en la fotografía superior es el del Concejal de Urbanismo,
D. Leandro José Galindo, que fue el encargado de abrir el edificio al amanecer.
Con
él, efectuaron el recorrido por el interior, posando en la planta superior
desde la que, como ya indicamos, se divisa un espectacular panorama de toda la
Estanca.
Entre
las fotografías que realizaron figura la del desaparecido “Santo Cristo de la
Estanca” que se conservaba en el interior de la casa, cuya imagen fue robada,
aunque quedó la cruz que se ve en la otra imagen.
En
el exterior, tomaron la decisión de acercarse hasta el puente de Vulcafrailes,
que dista de la Estanca algo más de dos kilómetros, sin dar muestras de pereza,
probablemente porque Mariano Irache les dijo que la distancia era mucho menor.
El
recorrido lo efectuaron bordeando la Estanca, pudiendo contemplar imágenes tan
bonitas como esta de la casa sobre la una amplia lámina de agua.
Este
puente que, probablemente, es el más antiguo de los conservados en el término
municipal de Borja, permitía el paso sobre el mismo al camino real a Tudela
que, anteriormente, fue calzada romana. Esperamos que, en un futuro no muy
lejano, se consoliden sus muros laterales que están seriamente dañados y
amenazan con derrumbarse.
Tras
esta visita, fuera de programa, los caminantes emprendieron el regreso cuando
ya llegaban otras personas en coche o bicicleta.
Antes
de llegar al casco urbano aún tuvieron oportunidad de fotografiar este mojón,
situado junto al camino, que señala el límite entre la huerta y el orillo, y
una vista de Borja con viñedos tradicionales en primer término.
Agradecemos
a D. Raúl Rivarés Custardoy el envío de estas fotografías que vienen a complementar el
reportaje anterior.
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