En
días anteriores hemos publicado algunos comentarios sobre los actos
desarrollados en Borja, con motivo de la Semana Santa. Tal como señalamos, el
más destacado es, sin duda, el Entierro de Cristo que tiene lugar en la tarde
del Viernes Santo. Sin embargo, no disponíamos hasta ahora fotografías del
mismo y, una vez más, ha sido Enrique Lacleta quien nos las ha facilitado. Por
este motivo, queremos incluir aquí algunas del extenso reportaje realizado, en
atención las personas interesadas que no son muchas, a juzgar por las escasas
entradas contabilizadas en los artículos anteriores. Para todos aquellos que
deseen conocer las características completas de esta ceremonia, les remitimos a
otros artículos aparecidos en el blog, ya que en esta ocasión sólo reproducimos
las imágenes más significativas.
Entre
ellas, las de la Unidad de Alabarderos que escolta el arca con la magnífica
imagen yacente de Cristo, sobre la que hay novedades muy interesantes de las
que daremos cuenta en otra ocasión. Esta unidad estaba integrada,
tradicionalmente, por hombres aunque, poco a poco, se han ido incorporando mujeres
en puestos tan destacados como el de tambor.
Al
frente de ella figura el centurión que, auxiliado por dos “angélicos”, es quien
lleva a cabo el sellado del arca en la plaza de España, sobre el tablado
instalado allí, con el palio negro sobre la misma.
Otro
elemento peculiar es el “velo del templo” que, ahora, desfila instalado en un
pequeño retablo, portado por la cofradía de San Bartolomé. En el momento en el
que el centurión golpea, por vez primera, el arca con el martillo que le ha
facilitado uno de los angélicos, tras colocar el sello, el velo se rasga,
apareciendo en antiguo lienzo en el que se lee la inscripción “Velvm templi”.
Uno
de los pasos que más llama la atención es el de la Muerte, representada por un
esqueleto que lleva en su mano la guadaña con la inscripción “A ninguno perdono”,
el cual es portado por la cofradía de las Almas.
En
la comitiva participan otros muchos elementos como el paso del Descendimiento a
cargo de la cofradía de San Antón; las “Doce
Tribus de Israel”, cuyos estandartes lleva la cofradía del Carmen y las “Cuatro
partes del mundo” que son portadas por la cofradía de San José.
“La Paz y la Justicia”
están representadas por dos jóvenes coronadas que llevan en una de sus manos la
palma y la espada, mientras que la otra sostienen un lienzo negro con las
palabras del salmo “Jvstitia et Pax osculatae sunt”, “La justicia y la paz se
besan”. Sorprendentemente, este año no lo llevaban, por lo que reproducimos la imagen
del mismo tomada en otra ocasión.
El “duelo
del Señor” está integrado por el paso de la Verónica que es llevado por la
cofradía de San Sebastián que también la tiene por titular.
Le
sigue el de María Magdalena que, en su mano izquierda, lleva una bandeja con
los pomos de perfumes. Es portado por la cofradía de Santa Lucía.
Lo
cierra el paso de la Virgen de la Soledad que, desde tiempo inmemorial, está a
cargo de la cofradía de las Nieves. La imagen presenta la particularidad de ser
articulada y, mediante unos resortes, puede mover la cabeza y los brazos,
simulando el llanto.
Inicialmente,
también se integraba en el duelo el paso de San Juan Evangelista, por tratarse
de una persona muy allegada a Cristo, aunque tras la creación de su Banda de
Cornetas y Tambores, pasó a ocupar uno de los primeros puestos en la comitiva.
Tras el sellado del arca, en la plaza de España,
la procesión retorna a la antigua colegiata de Santa María, de donde partió,
siendo depositada frente al altar mayor, donde terminan los actos con el
llamado “Sermón de la Soledad”.
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