sábado, 26 de abril de 2014

Cecilia Aznar, la otra asesina de la calle Fuencarral



            Cuando hace unos días, publicamos un artículo sobre el crimen acaecido en la calle de Fuencarral de Madrid, en 1888, muchos se sorprendieron al conocer que su protagonista fue una mujer de Ainzón, Higinia Balaguer Ostalé, cuyo personaje fue interpretado por la actriz Carmen Maura, en una película rodada no hace demasiados años.
            Pero, en la citada calle madrileña, se produjo otro crimen, en 1902, perpetrado en esta ocasión por Cecilia Aznar Celiméndiz, de padres borjanos aunque ella había nacido en Cervera, donde estaba destinado su padre, ferroviario de profesión.
            La historia de este asesinato la relatamos en nuestro Diccionario Biográfico y será tratada con más amplitud en la obra que estamos preparando sobre delitos relacionados con nuestra zona.
            Ahora, acabamos de conseguir la hoja que reproducimos más arriba y que corresponde a una de las muchas crónicas que se publicaron durante el proceso, ya que tuvo un amplio eco mediático.

            Su interés radica, entre otras cosas, en la fotografía de la asesina, tomada durante su permanencia en la cárcel y que viene a demostrar que los atractivos físicos de Cecilia no eran excesivos, a pesar de que había logrado cautivar a quien se convirtió en su víctima.




            Las circunstancias que rodearon el crimen son auténticamente novelescas, especialmente cuando, tras abandonar Madrid se trasladó a Barcelona, donde entró en contacto con dos truhanes que, tras lograr parte del botín, le convencieron para que abandonara España por uno de los puertos con mayor tráfico marítimo: Puigcerdá. Cecilia que no tenía demasiados conocimientos geográficos, se trasladó a esta localidad pirenáica, comprobando con sorpresa que el mar estaba mucho más lejano de lo que había supuesto. Allí fue detenida, al ser identificada mediante esta fotografía publicada en el diario ABC.
            Condenada a muerte, pudo librarse de la ejecución tras la intervención del alcalde de Borja, D. Feliciano Rivas Foncillas, que puso en marcha todas sus influencias para lograr la conmutación de la pena capital.
            Cuando se creó el Museo de Cera de Madrid, Cecilia ocupó un “lugar de honor” en la galería del crimen del mismo. En el catálogo se hacía constar que su lugar de nacimiento era Borja, lo que motivó la intervención de nuestro Ayuntamiento para que se corrigiera este error, lo que se consiguió en nuevas ediciones, aunque allí sigue la “cabeza” de Cecilia entre los más famosos criminales de nuestra historia.

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