La exposición sobre el
ferrocarril de Cortes a Borja, que se está celebrando en la Casa de Aguilar, ha
despertado el interés y propiciado la realización de diversos trabajos sobre el
mismo. Uno de los entusiastas es Pedro Domínguez Barrios que nos ha enviado
varios artículos sobre las antiguas estaciones. Hoy damos a conocer el
de la estación de Bureta, un edificio de pequeñas dimensiones que estaba
situado al pie de las vías y que, en estado ruinoso aún se conserva.
Con
desarrollo vertical, a manera de torre, sus dimensiones son de 8 x 6 metros y
disponía de planta baja, principal y ático. Se cubre a dos aguas, vertiendo
lógicamente hacia los testeros, en el sentido de la marcha del tren,
probablemente para evitar la caída del agua sobre el convoy, cuando estuviese estacionado o sobre la vía.
La planta baja abre 4 huecos simétricos en sus fachadas principales (Norte y
Sur), de proporciones esbeltas que alojaban puertas de dos hojas, y en planta
primera, al plomo de éstos se abren otros 4 huecos para ventanas. Los muros
testeros son ciegos y en ellos aparecía el letrero con el nombre de la
población correspondiente.
Además de los muros de
carga, la estructura portante se complementa con una esbelta columna de hierro
colado, para soportar la jácena de madera, apoyada también en sendas pilastras
de fábrica en sus muros testeros. La columna se sitúa en el centro geométrico
de la planta, quedando el forjado dividido en dos crujías, forjadas con
viguetas de madera de poca sección y sobre ellas se disponía un entarimado de
madera como solado. En la planta baja había un vestíbulo para los viajeros y un
despacho para el jefe de estación, billetes y equipajes, mientras que en la
primera se situaban dos habitaciones para el jefe y factor.
Los alzados resultan de
gran simplicidad y belleza, con una
composición simétrica dos a dos y ordenada. Los muros son de mampostería ordinaria
revocada con gravilla, y parten de un zócalo perimetral con revoco liso. Las
esquinas son de ladrillo macizo, a fin de reforzar la unión entre muros, y se
revocan con acabado liso imitando despiece de sillería denticulado, o a soga y
tizón, mientras que en las estaciones de Magallón, Ainzón, y Agón, el despiece
es recto. Esta decoración vertical, se prolonga bajo el hastial con una moldura
escalonada. Horizontalmente, una moldura sencilla señala al exterior el nivel
del piso.
Todos los huecos se
rematan en arco rebajado, con moldura exterior sólo sobre estos, a modo de
melena, y sus jambas son rectas al exterior, y derramadas al interior. El alero de la cubierta, en las fachadas principal y
posterior, está formado por canetes de madera moldurados, mientras que en los
testeros lo forma el vuelo de las propias correas de madera de la cubierta,
sobre las cuales se monta el tablero de teja plana cerámica. De esta misma tipología eran las
desaparecidas estaciones de Fréscano y Mallén. En el caso de Bureta también ha
desaparecido por completo el muelle proyectado.
Sería interesante recuperar las estaciones existentes, y darles un uso apropiado
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