domingo, 21 de abril de 2024

Otra fotografía de JARKE

 

         Entre las fotos que el Dr. Aguilera Aragón nos entregó recientemente se encuentra esta otra de nuestro compañero José Antonio Gracia Tabuenca (JARKE). Es muy bonita y pretendíamos ofrecerla como problema para que nuestros lectores pudieran identificarla, aportando el dato de que pertenece a un edificio propiedad de Ibercaja, entidad para la que José Antonio realizó numerosos reportajes fotográficos.

 

         Pero, muy probablemente, todos hubieran sabido que se trataba del precioso ventanal existente en la llamada “Casa del Deán” de Zaragoza, un edificio construido en el siglo XIII, como residencia del presidente del cabildo catedralicio, uno de los cuales decidió construir ese arco, en 1293, para enlazar su casa con la catedral. 



         A finales del siglo XVI, el edificio sufrió importantes reformas que, entre otras cosas, afectaron al pasadizo donde fueron cerrados los ventanales y abierto un balcón. Con este aspecto llegó hasta mediados del siglo XX, cuando el edificio se encontraba prácticamente abandonado.


Fue entonces cuando lo adquirió la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza que encomendó su recuperación a los arquitectos D. Teodoro Ríos Balaguer y D. Teodoro Ríos Usón. En 1958, se llevó a cabo una completa reforma de todo el conjunto, en la que se procuró respetar todos los elementos históricos del edificio. Se descubrieron entonces los antiguos ventanales góticos, que fueron rehechos y desplazados de su ubicación original para centrarlos en el arco.  

 

Como muy bien se aprecia en la foto de Jarke, los de la derecha parecen ajustarse mejor al aspecto original, mientras que el de la derecha da la impresión de ser una recreación, aunque no tenemos datos precisos.

El arco del Deán, junto a la Seo y la plaza de San Bruno es uno de los rincones más bonitos de Zaragoza. Desgraciadamente, la casa completamente restaurada y acondicionada con obras de Arte no se puede visitar, por lo que debemos contentarnos con la visión exterior, atreviéndonos a cruzar bajo el arco, sin temor a la leyenda.

Según ella, como el deán que quiso construirlo no disponía de los fondos precisos los solicitó al ayuntamiento y, comoquiera que su petición no fue atendida, se dirigió al demonio que acudió presto en su ayuda, con una condición: Lo haría en una noche pero las almas de todas las personas que pasaran bajo él, a lo largo de los siglos, quedarían en su poder.


No hay comentarios:

Publicar un comentario