Cuando
el pasado mes de junio dimos la noticia de que los participantes en la edición
de este año de la Ruta Quetzal iban a visitar nuestra ciudad, comentábamos que
el motivo de la presencia de los jóvenes expedicionarios entre nosotros era
debida al homenaje que se pensaba tributar al capitán borjano D. Francisco
Pradilla y Ayerbe, fundador de la ciudad de Barichara (Colombia). Con este
motivo, se pretendía erigir un monumento a ese personaje, tanto en Borja como
en Barichara.
Ahora,
el Concejal Delegado de Cultura y Primer Teniente de Alcalde, D. Juan María de
Ojeda Castellot, acaba de comunicarnos que la realización del monumento ya está
en marcha. En la imagen que nos ha facilitado aparece el modelo en barro sobre
el que está trabajando el escultor madrileño José Torres Guardia y sobre el
que, posteriormente, se realizarán dos copias en bronce para ser instaladas en
Borja y Barichara.
Está previsto que la
inauguración del monumento en nuestra ciudad tenga lugar el próximo mes de
mayo, con asistencia del Excmo. Sr. Embajador de la República de Colombia ante
el Reino de España, D. Fernando Carrillo Flores, un destacado intelectual que
fue Ministro del Interior de la citada República entre 2012 y 2013.
No
es la primera vez que un embajador colombiano visita nuestra ciudad ya que, en
2004, también lo hizo la embajadora Dª Noemí Sanín Posada para inaugurar la
exposición de artistas del departamento de Santander, al que pertenece
Barichara, en el marco de las relaciones suscitadas entre ambas ciudades, en
torno a la figura del capitán Pradilla.
Es
interesante recordar algunos aspectos de la biografía de este personaje,
bautizado en la parroquia de San Miguel de Borja el 10 de noviembre de 1673. En
el correspondiente registro que dimos a conocer en un artículo publicado en
nuestro Boletín Informativo, se hace constar que, en esa fecha el Rvdo.
Sebastián de Ainzón, regrente de la parroquia bautizó a Francisco, hijo de
Martín Pradilla, vecino de Borja, y de Isabel Ana Ayerbe, siendo padrinos Manuel
Beamonte y Catalina Moreno.
Aunque
en todas las referencias encontradas, aparece Borja como lugar de nacimiento,
es muy frecuente que, como fecha de bautismo, se señale el 10 de octubre de
1673. Asimismo, se suele indicar que sus padres eran Marcelino Pradilla y
Manuel Ayerbe, aseveraciones que quedan desmentidas con el registro de
bautismo.
Catedral de San Gil |
Siendo
muy joven pasó al otro lado del Atlántico, estableciéndose en el Nuevo Reino de
Granada, en el actual departamento de Santander y, en concreto en las
localidades de Guane y San Gil. Es dudoso que, en aquellos momentos, tuviera el
empleo de capitán por lo que parece razonable suponer que lo fuera de Milicias.
En cualquier caso, su carrera debió comenzar como contador pues, en el Archivo General de Indias, hemos
encontrado un documento sobre las cuentas tomadas a los corregidores y alcaldes
de la ciudad de Vélez y la villa de San Gil, entre 1684 y 1748, por diversos
contadores entre los que aparece Francisco Pradilla y Ayerbe. Al frente de la villa
de Santa Cruz de San Gil se encontraba el que sería su suegro.
Porque,
en 1718, contrajo matrimonio con Dª Bárbara de la Parra y Cano, hija de D.
Antonio Tomás de la Parra y de Dª Margarita Amaya de Rueda Rosales. El padre
era uno de los fundadores de la ciudad de San Gil y el más importante
encomendero, mientras que su esposa también pertenecía a otra de las destacadas
familias de la zona.
De
esta unión nacieron, al parecer 12 hijos, de los que conocemos el nombre y año
de nacimiento de 11: Isabel (1719), Martín (1720) al que algunos afirman que
fue sacerdote, Margarita Justa (1721), Bárbara (1723), Francisca (1725), Miguel
Vicente (1727), Feliciana (1728), José Agustín (1729) que al parecer también
fue sacerdote, Joaquina (1730), Juana Antonia (1732) y Manuela (1740).
Es
evidente que este matrimonio mejoró su condición social y, de hecho, llegó a
ser Procurador y Alcalde de la villa de San Gil. Desde esa localidad llevó a
cabo la fundación de Barichara, sobre cuya fecha exacta se han suscitado
algunas controversias.
Según
la tradición, en 1702 y en el lugar donde actualmente se alza la ciudad, un
campesino llamado Pedro Salgado creyó ver una luz sobre una gran piedra cuya
forma recordaba a la Inmaculada Concepción. Impresionado por lo que consideró
un hecho sobrenatural, corrió a comunicarlo entre los habitantes de la zona,
suscitándose un indudable interés que provocó el que algunas personas fueran a
establecerse en aquel lugar, al que también llegaban devotos de la Virgen.
Aunque
en la propia Barichara existe una lápida en la que se afirma que la población
fue fundada en 1705 por Francisco Pradilla, esa hipótesis ha sido refutada por
el prestigioso historiador local Heriberto Silva Rangel, fallecido en 2012 y
con el que mantuvimos un cordial intercambio de publicaciones, para quien el
proceso de formación del nuevo municipio se inició en 1714, cuando las familias
que vivían allí y los peregrinos que acudían atraídos por la supuesta imagen,
solicitaron el reconocimiento de la capilla allí erigida como Vice-Parroquia.
El 15 de febrero de ese año, el arzobispo D. Francisco de Cocio y Otero
concedió facultades para que cualquier sacerdote pudiera oficiar el Santo
Sacrificio de la Misa, bautizar, casar y permitir el cumplimiento pascual a los
peregrinos. Hay que señalar que, en ningún momento, la Iglesia llegó a
reconocer como un hecho prodigioso la supuesta imagen de la Virgen de la
Piedra.
En
aquellos momentos, el capitán Francisco de Pradilla era todavía soltero y
prestaba apoyo a los habitantes del lugar, llegando a instruir a los niños en
las primeras letras. Pero no fue hasta el 20 de enero de 1741 cuando adquirió
“media estancia de ganado mayor” a Dª María Soto, por la cantidad de “sesenta
patacones” que se pagaron en reales de a ocho. El hecho de que en el documento
aparezca reflejado como “Mayordomo Tesorero de la Hermandad de Nuestra Señora
de la Piedra” demuestra de manera
evidente la devoción a la imagen antes citada en un lugar que inicialmente se
llamó Vara-florida, más tarde Vara-echada y ya, en este momento, Barichara que
significa "Lugar para el descanso" en dialecto guane.
Calle de Barichara |
En
los primeros días de agosto de 1742 se procedió a la parcelación del lugar y al
señalamiento de los espacios destinados a Iglesia, sede del concejo, casa del
cura y plaza principal. Por este motivo, el año 1742 ha sido considerado
tradicionalmente como el de fundación de la ciudad y, de hecho, en 1942 se
celebró el segundo centenario al que se asociaron la Asamblea del Departamento
y el propio Congreso de la República.
Iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Concepción y San Lorenzo |
El
propósito que impulsaba al capitán Pradilla era el de erigir una parroquia, lo
que venía a representar la creación de una nueva población. Lógicamente, esta
pretensión provocó la oposición frontal del párroco de San Gil D. Basilio Vicente
de Oviedo que no vaciló en apelar a todas las instancias para impedirlo lo que,
al final, le costó el puesto y el pago de las costas de los diferentes
procesos.
Francisco
de Pradilla no llegó a conocer el reconocimiento a sus pretensiones, ya que
falleció el 22 de agosto de 1748, y no fue hasta el 30 de julio de 1750 cuando
el arzobispo de Bogotá, D. Pedro Felipe de Azúa, daba su consentimiento para la
“erección de parroquia distinta y separada de San Gil, con el nombre de Nuestra
Señora de la Concepción de Barichara y San Lorenzo Mártir”. No obstante, sus
descendientes continuaban siendo los impulsores de la iniciativa, ya que la
correspondiente instancia iba suscrita por su hijo Martín Pradilla de la Parra,
primer párroco de Barichara; Miguel Vicente, otro de sus hijos; y sus yernos
Francisco Díaz Aranda y Pedro José Navarro; el primero de ellos casado con
Margarita Justa y el segundo con Isabel Ana.
El
proceso de consolidación de la población tuvo un nuevo capítulo cuando, el 13
de enero de 1800, los vecinos de Barichara se dirigieron al virrey D. Pedro
Mendinueta y Múzquiz la erección del lugar como villa “con independencia
absoluta de San Gil… bajo el título de Muy Noble y Leal Villa de San Lorenzo de
Barichara”. De nuevo, la oposición de San Gil fue demorando el proceso, de
manera que cuando el virrey Mendinueta, que era natural de Elizondo, cesó en
1803, todavía estaba pendiente de resolución.
Armas del virrey Amar en el lienzo de San Cristóbal que donó a la colegiata de Santa María |
Y
es aquí, donde nos hemos encontrado la sorpresa de que, cuando el 16 de
noviembre de 1804, se eleva al monarca el memorial por el que se apoya la
solicitud de los vecinos de Barichara, es virrey del Nuevo Reino de Granada D.
Antonio de Amar y Borbón, un nexo más de unión entre Borja y Barichara, ya que
el virrey era hijo del médico borjano D. José de Amar y Arguedas.
A
este personaje le cupo en suerte la triste fortuna de ser el último virrey y su
salida de Bogotá estuvo rodeada de todo tipo de vejaciones. No es de extrañar
que sus disposiciones quedaran relegadas en el olvido, tras la independencia
colombiana. Por eso, los vecinos de Barichara volvieron a solicitar su
condición de villa y el 7 de abril de 1821, el cabildo reunido en la Sala
Capitular dejaba constancia de que “el Libertador Presidente le volvió a
restituir a su rango de Villa”.
Hasta
aquí los datos que, por el momento, hemos podido recabar sobre este personaje
al que el M. I. Ayuntamiento de Borja va a dedicar los monumentos que se
instalarán en Barichara y en nuestra ciudad, convirtiéndose de esta forma en el
segundo de los existentes aquí, tras la instalación del dedicado al cardenal
Casanova en la Casa de Aguilar. Sería interesante aprovechar la ocasión para
profundizar en el estudio de la familia Pradilla-Ayerbe en los archivos
borjanos donde, sin duda, quedan datos por descubrir.
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