Aragonia Sacra es una revista importante que edita la Comisión Regional del Patrimonio Cultural de la Iglesia en Aragón. Acabamos de recibir el último número editado que es el XXI. En sus 436 páginas inserta artículos de gran interés, entre ellos algunos que hacen referencia a personas relacionadas con nuestra zona.
Así por ejemplo, Sor María Esperanza Andrés Blasco y Francisco Javier Lázaro Sebastián son autores de un trabajo titulado “Memoria de las religiosas del convento de Concepcionistas de Épila. Desde su fundación hasta nuestros días”, con una detallada relación de todas las que profesaron en dicho convento. Entre ellas se encontraban las hermanas Dª Teresa y Dª Manuela Francia, hijas de los señores de Bureta. La primera ingresó en 1627 y la segunda en 1630, cuando aún no había cumplido los siete años.
De Calcena eran María Serrano Duarte (1628), María Serrano Chueca (1629), Francisca Quirina Serrano (1641), hija del alcaide de esa localidad, y María Manuela Serrano Pérez (1671).
De Gallur encontramos a Josefa Ayerbe (1650). De Magallón a Ana María Sanz (1683). De Mallén eran Dª María Josefa Brun Navas (1730), perteneciente a dos de las familias más distinguidas de la villa, que entró a los 14 años; Dª Joaquina Fernández de Mendívil y García que, aunque nacida en Ricla, era de una conocida familia de Mallén. La última de esta localidad en entrar en el convento fue Dª Joaquina Sola y del Frago (1818). Lo hizo a los 17 años pero, en 1840, “usando las facultades que el Gobierno concedió a todas las religiosas que quisieran exclaustrarse”, abandonó los hábitos contra el parecer de toda comunidad. Sin embargo, siete años después, decidió regresar.
De Magallón era Ana María Sanz Pensas (1683) que tuvo que abandonar por enfermedad. Durante toda la existencia del convento sólo hubo una religiosa borjana, quizás por la existencia de otro claustro concepcionista en nuestra ciudad, María Teresa Ayensa y Veled de Arriaga, que entró con 25 años en 1766. No conocemos la relación que podía tener con Borja, al margen de su nacimiento, pues sus padres eran vecinos de Zaragoza.
Mucho más numerosas fueron las religiosas procedentes de Agón y de la pardina de Gañarul que terminó integrándose en ese municipio. En 1791 ingresaron las hermanas Francisca e Inés Bea Navarro, con 16 y 14 años, hijas de uno de los propietarios de Gañarul y que, curiosamente, no sabían leer aún. Al año siguiente, lo hizo su prima Joaquina Bea Francés, con 15 años. Ya como vecinas de Agón, ingresaron otras jóvenes de la misma familia: Dª Francisca Bea Sarría (1818), con 13 años, que tuvo que dejar el convento en 1821, tras la prohibición del gobierno para que hubiera nuevas profesiones. Sí pudo profesar su hermana Apolonia que ingresó en 1827.
También de Agón eran Dª Juana Sarría Cuartero (1803) que entró al mismo tiempo que Dª Joaquina Navarro Morana, ambas de 14 años, y Dª Luisa Sarría Navarro (1828).
Relacionadas con las anteriores encontramos a Dª María Navarro Cuartero (1819), vecina de Fréscano, que no pudo profesar, al igual que Dª Felipa Baya Sarría (1820).
Finalmente citaremos a Magdalena Pastor Pérez (1827), natural de Bulbuente, y a Melchora Sanjuán Sancho (1896) de Tabuenca.
Otro de los artículos que ofrece datos de interés para nuestra zona es el de Jorge Sánchez Caudevilla sobre “Casamientos registrados en el Archivo Diocesano de Zaragoza durante 1714”. Entre los contrayentes aparecen 1 de Ambel, 4 de Borja, 1 de Fuendejalón, 2 de Gallur, 1 de Luceni, 7 de Magallón y 6 de Mallén. Todos ellos corresponden a los llamados “casos especiales”, por ser viudo algunos de los contrayentes o haber residido en varias localidades, lo que exigía un expediente más cuidadoso.
La revista, como es habitual en todos sus números, incluye una reseña bibliográfica que, en este caso, corresponde a los años 2003 a 2005, en la que se citan algunos de los artículos publicados por nosotros en ese periodo
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