El
buen tiempo ha acompañado hasta ahora el desarrollo de los desfiles
procesionales de la Semana Santa borjana, lo que ha facilitado la presencia de
un público numeroso como el que ayer se concentró para presenciar la llamada “Procesión
de los Cristos” que, como hemos señalado en otras ocasiones es la más antigua
de Borja, de la que existen constancia escrita desde la primera mitad del siglo
XVII.
La
procesión partió a las nueve de la noche de ayer desde el claustro de la
colegiata de Santa María, encabezada por la cofradía de San Juan Evangelista,
con su Agrupación de Cornetas, Tambores y Bombos. La incorporación de esta
cofradía, así como la de San Sebastián y la Verónica es relativamente reciente,
pues con anterioridad al año 1970 no participaban en ella.
A
continuación desfila la cofradía de “Cristo Nuestro Señor en el Huerto y de las
Almas del Purgatorio”, llevando el paso correspondiente al primer Misterio
Doloroso. Se da la circunstancia de que esta cofradía fue creada en 1719 para
intentar paliar los problemas que se suscitaban entre los “hombres mozos” a la
hora de sacar el paso que no era el que ahora participa en la procesión, sino
el conservado en una capilla del claustro de la colegiata.
Desde
sus inicios, la cofradía de San José es la encargada de llevar el paso de Jesús
atado a la columna o de la “Flagelación del Señor”, una interesante imagen que
originalmente se conservaba en la capilla de la cofradía, hasta que dispuso de
una propia.
El
paso de Cristo coronado de espinas, conocido popularmente como “Cristo de la
caña” lo lleva la cofradía del Carmen, cuyos miembros visten amplias capas
blancas, con capirote del mismo color y hábito marrón.
El
cuarto Misterio, Jesús con la cruz a Cuestas corre a cargo de la cofradía de
San Antón que viste hábito negro y capirote morado con la “tau” al pecho. Este
paso participó el miércoles en la ceremonia del Encuentro, como hemos comentado
en otro reportaje.
Finalmente,
el paso correspondiente a la Crucifixión del Señor era llevado por los hombres
de la Acción Católica, encargándose después la cofradía de las Almas que es la
única que, en Borja, se cubre con terceroles de color negro, como el hábito en
cuyo lateral figura una gran cruz blanca.
Presidió
la procesión el Párroco D. Carmelo Roy Blasco que iba acompañado por
representantes de todas las cofradías borjanas.
Cerraba
la comitiva la cofradía de San Sebastián y la Verónica con su Agrupación de
Cornetas, Tambores y Bombos, cuya salida de la colegiata, al igual que ocurre
con la de San Juan, es espectacular porque el suave sonido de sus tambores en
el interior del claustro, se convierte en ruido atronados cuando hacen su
irrupción en el exterior.
Cuando,
hasta hace unos años, se instalaba el Monumento en todos los templos de la
ciudad, la procesión los iba recorriendo, rezando una estación en cada uno de
ellos, en los que entraba el paso de la Crucifixión. Esa tradición se mantiene
ante la antigua parroquia de San Bartolomé, donde los miembros de la cofradía
que lo tiene por titular, esperan la llegada del cortejo con velas encendidas y
con la bandera que porta el Secretario de la misma.
Es
digno de ser resaltado el elevado número de cofrades que se han ido
incorporando a nuestros desfiles procesionales, muchos de ellos jóvenes e
incluso niños, a los que ayer pudimos ver llevando sus cirios con gran
seriedad.
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