miércoles, 14 de marzo de 2018

Magallón ya tiene su historia



         El Director de la Institución “Fernando el Católico” acaba de remitirnos la obra La villa de Magallón. Siglos XII-XX, que acaba de aparecer en la colección “Estudios”, la cual es fruto de un proyecto impulsado por el Ayuntamiento de esa localidad que encomendó, hace algún tiempo, al Prof. Dr. D. Alberto Sabio Alcutén, Titular de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, la coordinación de este trabajo, en el que ha sido también relevante la participación de Josi Sauca Modrego, así como la aportación de imágenes y dibujos de Pedro Domínguez Barrios.
         La obra que abre con un “Saluda” el actual Alcalde de Magallón D. Víctor M. Chueca Rodríguez, se estructura en dieciséis capítulos que firman Francisco Vicente Navarro (cap. I); Francisco Saulo Rodríguez Lajusticia (cap. II); Josi Sauca Modrego (cap. III, IV y V); Eduardo Martín Berges (cap. VI, VII y VIII); Herminio Lafoz Rabaza (cap. IX); Daniel Aquillué Domínguez (cap. X); Alberto Sabio Alcutén (cap. XI y XIV); Víctor Lucea Ayala (cap. XII), Rafael Bardají y Dan Torodo (cap. XIII y XVI); y Diego Gaspar Celaya (cap. XV). Todos ellos van precedidos del trabajo de Jordi Sauca sobre “El nombre de Magallón: Etimología y antecedentes”, que de esta forma une su nombre a otros ilustres filólogos vinculados a esta localidad como los profesores D. Fernando Lázaro Carreter o D. Juan Antonio Frago Gracia, fallecido el primero y en plena actividad intelectual el segundo.

         Pero en su elaboración han colaborado otras muchas personas y entidades que se relacionan en la página 8. Entre ellas incluyen al Centro de Estudios Borjanos, a pesar de jamás fuimos informados del proyecto ni hemos tenido la más mínima implicación en el mismo, salvo el hecho circunstancial de que personas como Pedro Domínguez Barrios o el Dr. D. Francisco Saulo Rodríguez Lajustica, son colaboradores nuestros, a través de sus constantes aportaciones el primero, y de algunos artículos publicados en nuestra revista el segundo.
         Nuestra opinión sobre el concepto de historia local es bien conocido, así como el relativo a las que vienen apareciendo últimamente por el deseo de cada municipio de contar con “su” historia. Además, en muchas de ellas se viene advirtiendo una significativa diferencia a la hora de abordar las distintas etapas históricas, dado que se prima, por razones evidentes, el relato de la historia contemporánea. En el caso que nos ocupa, de las 392 páginas del libro, 172 están dedicadas a esta época, a pesar y 196 al dilatado período que transcurre entre el comienzo de la Edad Media y el final de la Moderna.
         Momentos tan importantes como el de la Guerra de Sucesión son tratados superficialmente y además con errores tan significativos como afirmar que “Borja caía en manos imperiales al mes siguiente, que se encontraba desguarnecida ante la fuga de los civiles y de las milicias a Tarazona”(pág. 188). Cualquier conocedor de lo realmente acaecido hubiera hecho referencia a la heroica defensa de los civiles borjanos ante las tropas austracistas, en uno de los momentos más relevantes de la historia de la ciudad.
         En otro capítulo, al tratar sobre el hospital de Magallón (pág. 217) se cuestiona su existencia en el siglo XVI, “ya que los soldados enfermos que sitiaron la villa durante 1591 y 1592, por orden de Felipe II acudieron al hospital de Borja”. En esos años no hubo ningún ataque a Magallón ni a ninguna otra localidad de la zona, dado que todas ellas se decantaron a favor del monarca, facilitando el paso de las tropas enviadas con motivo de las “alteraciones de Aragón”. Por otra parte, el rey nunca hubiera encomendado sitiar una villa tan importante como Magallón a “soldados enfermos”.
         Son muy interesantes algunas de las imágenes que ilustran la obra aunque los pies de foto de las mismas adolezcan de algunos errores. Así, por ejemplo, en la pág. 361 aparece una de la que se afirma “Soldado foráneo, alojado en una casa de Magallón (calle Baja)”. Sin duda alguna se trata de un piloto con la característica cazadora  y el gorro que utilizaban, pilotos y mecánicos, dado que en Magallón estuvo establecido, durante unos meses, el Cuartel General de García Morato, del que se conserva al menos una fotografía en esa localidad, hecho que no se menciona al tratar de la Guerra Civil. En la página siguiente aparece otra imagen que se describe como “Guardia civil, sacerdotes y solados junto a paisanos y niños. Llaman la atención las niñas uniformadas. Magallón 1935”. Evidentemente el año que se cita es erróneo y en la foto no aparece ningún soldado, pues tanto las niñas como los varones visten el uniforme de una milicia que, en nuestra opinión, corresponde a la de Acción Ciudadana.
         Es curioso que la única fotografía que aparece sin pie sea la que se inserta en la página 351, que corresponde al del ilustre borjano D. Honorato de Castro Bonel, catedático de Cosmografía y Física del Globo de la Universidad Central y más tarde de Astronomía Esférica y Geodesia, así como Diputado a las Cortes Constituyentes de 1931, por circunscripción de Zaragoza-Provincia.
         Sirvan estos comentarios como primera aproximación a esta importante obra que ya está siendo analizada, con mucho mayor detenimiento, por especialistas en cada uno de los temas que aborda.

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