A la edad de 94 años falleció el pasado miércoles, en Novillas, D. José Antonio Preciado Alfaro, que había nacido en Alfaro el 27 de noviembre de 1930. Cursó los estudios eclesiásticos en el seminario de Tarazona, diócesis a la que entonces pertenecía su localidad natal, siendo ordenado presbítero el 27 de abril de 1957.
Inmediatamente
después fue destinado a Borja, como coadjutor de la parroquia de Santa María, a
la que llegó el 8 de mayo de 1957. Aquí supo granjearse el afecto de todos,
especialmente entre los jóvenes a los que dedicó su actividad pastoral.
Fue capellán
del Colegio de Santa Ana, director de la Congregación Mariana y profesor de Latín
en el Colegio de Ntra. Sra. del Carmen, donde nos inició en los rudimentos de
esa lengua a todos los que cursábamos los estudios de Bachillerato en ese
singular centro docente.
Por eso causó gran impacto su traslado como Ecónomo a la
parroquia de Los Fayos, donde tomó posesión el 26 de febrero de 1960, acompañado
por muchos borjanos que se desplazaron expresamente hasta allí.
Poco duró su ausencia, ya que el 16 de febrero de 1961, volvió como coadjutor a la parroquia de Santa María de Borja, donde permaneció durante 31 años. Una larga etapa en la que ejerció como profesor de Religión en el Instituto, durante 12 años, y fue encargado de la parroquia de Albeta, durante otros doce.
El 16 de
septiembre de 1992 tomó posesión de la parroquia de Novillas, en la que ejerció
su ministerio hasta el 15 de octubre de 2003. Junto con Borja fue una localidad
a la que dispensó un especial cariño y allí quiso residir sus últimos años.
Muy interesado
por el Patrimonio Artístico Religioso, colaboró activamente en la realización
del inventario publicado por nuestro Centro, en cuya presentación participó.
Además, escribió una Guía para la visita al pueblo de Novillas, en la
que reunió datos sobre la historia de ese municipio.
En 2003 fue
destinado como capellán al balneario de Jaraba, atendiendo también la parroquia
de esa localidad, hasta la que se desplazaba en bicicleta, a pesar de su ya
elevada edad.
Sus últimos años
transcurrieron, como hemos dicho, en la residencia fundada en Novillas con el
legado de D. Pablo Herráiz y su esposa, atendido por la comunidad de religiosas
de Santa Ana de Chennai. Con anterioridad y durante 56 años, había estado a
cargo la residencia de las Misioneras del Pilar.
El pasado
domingo había recibido la visita del Sr. Obispo, con quien aún tuvo fuerzas
para referir diversas anécdotas e interesarse por diversas cuestiones de la
diócesis.
Descanse en Paz
este sacerdote tan querido, tras 68 años de ministerio pastoral. En el Centro
de Estudios Borjanos lo recordaremos especialmente, pues aquí publicó varios
artículos sobre iconografía religiosa en nuestra ciudad.



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