El pasado martes, Heraldo de Aragón dedicó un reportaje, firmado por Raúl Lahoz, a Luis María Garriga, recordando que fue el primer español en saltar los dos metros y que, siempre que compitió luciendo la camiseta con el escudo de Zaragoza o el de España.
En el artículo
recorría su trayectoria deportiva, desde sus inicios en una era de Borja, ciudad
cuyo nombre ha llevado con orgullo por todo el mundo.
Borja ha sido
cuna de grandes deportistas, pero, entre todos ellos, sobresale la figura de
Garriga, por sus logros deportivos y por su condición de deportista olímpico en
dos ocasiones.
Fue él quien,
en su etapa como alcalde, dedicó calles a todos, sin que hasta el momento haya
recibido un reconocimiento similar, bien en el callejero de su ciudad o dando
su nombre a las instalaciones deportivas que creó.
Cuando,
recientemente, nos hacíamos eco del comentario de Miguel Monserrat sobre la
deuda de Borja con D. Enrique Torres, no pudimos menos de recordar el caso de
Garriga aún más llamativo. No quisiéramos que el homenaje pendiente tuviera
carácter póstumo, pero lo indudable es que algún día llegará.



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