Según
nos ha comunicado Pedro Domínguez, ha desaparecido la cruz de madera que se
encontraba insertada en la de piedra caliza correspondiente a la primera
Estación del Vía Crucis que, desde el Santuario de Misericordia asciende hasta
la ermita del Calvario. Se da la circunstancia de que es la única que se
conservaba y, aunque no se ha podido determinar el momento en el que se produjo
el hecho, al parecer se trata de una acción intencionada ya que no han quedado
restos de la misma en el entorno.
Como
es sabido, este Vía Crucis fue instalado en 1889, siendo sufragado por el
coronel D. Ignacio Moreno Aranda y su esposa Dª Isidra Saldaña, natural de
Borja, que solían pasar sus vacaciones en ese lugar. Vinieron a reemplazar a
otro Vía Crucis que había mandado colocar, en 1558, el obispo D. Juan Pérez de
Munébrega, de características muy diferentes.
Está compuesto por nueve
cruces correspondientes a las primera Estaciones, ya que las cinco últimas se
rezan en torno a la ermita. En reconocimiento a este gesto, se mandaron pintar
los retratos de los donantes que fueron realizados por D. Baltasar González y,
en la actualidad, se conservan en el despacho de la Alcaldía, en la Casa
Consistorial de Borja, aunque anteriormente estuvieron en “El Caserón” del
Santuario.
Es cierto que en la novena Estación existe ahora
un pequeño Crucifijo, que nada tiene que ver con las cruces de madera a las que
estamos haciendo referencia. Es de instalación relativamente reciente y su
ubicación no es adecuada, ya que lo que se contempla en esta Estación es la
tercera caída de Jesucristo en su recorrido hacia el Calvario.
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