Nuevas obras relacionadas con Veruela

            El pasado día 4 de enero publicamos un artículo titulado “Cuando Veruela fue un centro de irradiación humanística”, en el que destacamos la importante labor desarrollada por los profesores del que, en aquellos momentos, se llamaba “Colegio de Nuestra Señora de Veruela”, en el ámbito de la difusión de textos griegos y latinos, en versiones preparadas por ellos. Manifestamos entonces nuestro propósito de intentar reunir todas las obras que publicaron.

            Hoy podemos anunciar que hemos conseguido los cinco tomos de la Antología Escolar de Literatura Castellana que preparó el P. Arturo M. Cayuela S. J. Los dos primeros volúmenes están dedicados a la Poesía Lírica; el tercero, a la Poesía Épica; el cuarto, a la Poesía Dramática y el quinto a los Autos Sacramentales.  En los tres primeros, publicados entre 1924 y 1926, se hace mención expresa a la colección de Veruela que ya se dividía en una “Serie Latina” y en otra “Castellana”. Sin embargo, en los dos últimos, también publicados por la Editorial Razón y Fe en 1927 y 1928, no aparece porque, probablemente, el P. Cayuela ya no se encontraba allí.

           

            Para nosotros constituye un logro el poder completar esta colección que tiene gran interés, tanto por su calidad como por el hecho de que se gestara en Veruela. Pero, para poder adquirirla ha sido necesario que alguien la pusiera a la venta y, en este sentido, hay que agradecer al Colegio “San Francisco Javier” de Tudela, que como es sabido pertenece a la Compañía de Jesús, ese gesto de desprendimiento.

            También hemos conseguido la primera edición de la  Antología griega clásica y sagrada que, asimismo, preparó el P. Cayuela S. J. en Veruela. Todo un clásico en este tipo de textos. El ejemplar adquirido fue dado de baja, en 1993, en la Escola Universitària Jordi Rubió i Balaguer de Biblioteconomía, de la Universidad de Barcelona, donde había ingresado procedente de la antigua Escuela de Bibliotecarias de la Diputación Provincial de Barcelona, siendo finalmente “Desafectac” por el Servei de Biblioteques en 2000.